Al COB le costó reafirmar su evidente supremacía en la competición y ante el Coruña, al bajas su exigencia en el último cuarto del partido
Cuando las cosas parecen ir mal, bien está destacar lo positivo. Cuando las cosas parecen ir bien, no está de más destacar los errores o detalles a corregir en el futuro.
Nueva victoria del COB, liderato momentáneo en la LEB Oro, primera en el Pazo desde el 10 de enero, rompiendo una mala racha y dando una imagen, por momentos, de superioridad abismal contra un Coruña que dejó huérfano a Mutakabbir contra el COB.
Todo positivo, sin duda. Todos contentos. Disfrutando de un momento impensable hace unas temporadas. Impensable incluso durante el mes de agosto. Sería cruel o patán enseñarse con este equipo.
Pero cierto es que se le puede exigir mejorar en varios aspectos sin caer en el inconformismo crónico.
Al igual que sucedió en el partido contra el Huesca, el COB sufrió apagones contra el Coruña. Llegó a dominar por 23 puntos y cedió hasta los cuatro, a falta de tres minutos para el final. Y, la verdad, no por excesivos méritos de los nada hercúleos herculinos, sino por ¿conformismo? ¿relajación ? ¿diplomacia? ¿falta de instinto asesino? de los jugadores locales.
Al grandioso ciclista belga Eddy Merckx se le apodó el 'caníbal', porque su instinto ganador no respetaba rivales, clásicas, carreras de pueblo. No contemplaba el gesto de ceder una mísera victoria a un compañero de escapada. Infudía el terror entre sus rivales.
Este COB todavía no alcanza ese nivel. Perdona en ocasiones. Y eso podría suponer un defecto contra rivales de nivel bien diferente.
