Seydou Aboubacar anotó el miércoles la canasta inicial de la LEB Oro 2019/2020. Su equipo, el Valladolid, sumó la primera victoria y su rival, el Marín, padeció el salto de nivel desde la LEB Plata.
La LEB Oro ha vuelto a crecer. A confirmar su profesionalidad y su estatus al nivel de algunas de las mejores ligas europeas. Presupuestos que superan o rondan el millón de euros en varios casos, plantillas largas y equilibradas, entrenadores con prestigio, pabellones llenos y patrocinadores que no dudan en apostar por los proyectos. Pero, sobre todo, jugadores que hacen la competición atractiva.
Los aficionados al baloncesto vuelven a tener una liga de enorme nivel de la que disfrutar y a la que exigir. En todos los equipos.
Por arriba (en presupuesto y en favoritismos) se han reforzado hasta los dientes para pelear por la ACB. En Lugo mantienen a Arco o Díaz, fichan al mundialista Dago Peña y suman talento y físico con Ahonen, Nurger u Olah. En San Sebastián la lista también es larga.
Dee, Úriz (el pequeño), Timmer, Murphy, Rozitis... Y en Palma directamente han fichado lo mejor que había en el mercado, como Stainbrook, Bropleh, Bertone o Löfberg y renovado el bloque que llegó la temporada pasada hasta la Final Four con Barac, Hernández y Biviá al frente.
El Melilla y el Oviedo asustan un poco menos, pero con jugadores como Caleb Agada, Osvaldas Matulionis, Oliver Arteaga o Mati Nuutinen es imposible no visualizarnos en la zona alta.
Granada y COB tienen como reto repetir una campaña sobresaliente. Los andaluces subiendo el presupuesto y fichando a jugadores como Diego Kapelan o Earl Watson y los cobistas confiando en que, una vez más, Gonzalo García de Vitoria vuelva a convertir en oro todo lo que toca. Balaban, Alvarado o Wood sueñan con ello.
En Castilla y León, el Valladolid intentará hacer de nuevo mucho con poco y confía en haber acertado con jugadores como Mackenzie, Leimanis o Bartley. El Palencia está obligado a pelear por lo máximo tras fichar Kevin Larsen, recuperar a Dani Rodríguez y tener una batería de tiradores impresionante con Jorgensen, Bader y Jasaitis.
En A Coruña, Lleida o Castellón tampoco bastará con competir. El play off es objetivo exigible a plantillas con jugadores de peso en la competición.
Los herculinos tienen puntos y calidad en el perímetro con Jeff Xavier o Filip Djuran y talento en las zonas con Mirza Bulic. Los ilerdenses mantienen a Feliú, Mbaye, Stutz y O'Neal mientras Martí y Sans deberían ser ya determinantes en la liga. Más de lo mismo en el Mediterráneo, con la dupla Dukanovic-García al frente del Castellón. Retener al tirador y al dominicano ha supuesto un esfuerzo que obliga a tener recompensa.
Lo demás ya suena más a sorpresa. De las que son rutina en esta liga y entre las que el Huesca ya ha completado más de un capítulo. Casi siempre reinventándose y esta vez con los jóvenes Carter, Tamayo o Vucetic liderando la revolución.
El Canoe ya avisó la temporada pasada y en la pretemporada ya han dejado aviso a navegantes con partidos destacados de Corvalán, Kabasele o Seibring.
En Cáceres tienen claro que la meta es no volver a depender de los milagros para evitar el descenso y se siguen encomendando a los puntos de Rakocevic o Parejo, pero además suman veteranía con Ricardo Uriz y una buena lista de debutantes con muy buena pinta.
Entre los recién ascendidos también aparecen caras importantes de la liga, concentrados sobre todo en el Almansa. Rafa Huertas, Kyle Rowley o Nikola Cvetinovic serán clave para liderar un proyecto sustentado en la ilusión. En Alicante, Pedro Rivero tratará de consolidar a un histórico. El Lucentum vuelve al baloncesto profesional aprovechando a algunos de los jugadores clave en el ascenso, como Justin Pitts o Álex Galán, y apostando por fichajes con "hambre" y el regreso de Llompart.
En Marín, los ourensanos Mazaira y Seoane intentarán ser importantes dentro de un equipo que vivirá de la explosividad de Romone Sounders y Joel Hernández y que todavía está en el mercado buscando apuntalar la plantilla. No es el único. Fichajes que están todavía por llegar a un álbum ya plagado de cromos espectaculares.
