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Aspectos positivos de una tarde de chaparrón

OURENSE 20/10/2019.- Cob-Palencia. José Paz
photo_camera El Pazo respondió con una gran entrada, superando los 3.000 aficionados en las gradas. (JOSÉ PAZ)
La primera derrota del curso dejó un festival de chapelas y a un Lobo, con mucha actitud

Siempre me han gustado los días de lluvia. Como tipo que vive a contracorriente de la mayoría, especialmente en horarios, creo que un día de grandes chaparrones puede traer siempre algo positivo.

Domingo lluvioso y de derrota, pero de esas que duelen, aunque menos. Porque ante uno de los grandes 'cocos' de la liga el Club Ourense Baloncesto cedió en los compases finales con honores, metiéndole el miedo en el cuerpo al Palencia y despertando al Pazo del letargo de la siesta.

Un día de contrastes, como el que aportó el hombre que decidió que era buena idea bajar al parquet a hacerse un "selfie" a pocos minutos de que empezase el encuentro o que 'O Lobo' transportase a los hermanos pequeños del mundo a la infancia, al heredar la camiseta de pretemporada de Víctor Serrano. La misma mascota que pidió pasos en alguna acción e incluso sufrió una fractura de cuello peluchil con caída lateral de 'cachucha' en el primer tapón del partido. Eso sí, la lesión fue superficial.

Volviendo al clima, parece que a este COB los chaparrones le van a durar poco, aunque sea en forma de parciales. Da igual los despistes, o que los colegiados tengan dudas con el reglamento que deben aplicar, lo de los jugadores de García de Vitoria son tormentillas que se traducen en estar siempre en partido, todo en base al trabajo coral que representa como abanderado Kevin Van Wijk.

Verle en la cancha es como tener a un minero, siempre sacando piedras preciosas de la tierra ya sea en forma de asistencia, bloqueo indirecto o trabajo bajo el aro.

Hace unos meses hablábamos en un corrillo de amigos de que la competitividad de Van Wijk seguro que le hacía pelear la posición hasta en la cola de la charcutería en el súper. En el partido del domingo quedó más que demostrado. A este holandés de acento canario no se le cuela nadie, ni siquiera a la hora de comprar el chopped, sea Kevin Larsen o la vecina del quinto.

Y hablando de Larsen, muchos puntos, pero se llevó una colección de txapelas marca COB, también para tapar la mojadura. Thomas Tshikaya en dos ocasiones y Víctor Serrano (¿en faltita?) se encargaron de bajarle marchas al corpulento danés, que si algo demostró con su físico es que no se salta la rutina de piernas en el gimnasio y que cuando calienta no conoce a nadie, o sino que se lo digan a Edu Martínez que casi se autochoca la mano cuando intentó saludar a su excompañero en Bilbao, cosas de la concentración o la barrera idiomática, vaya usted a saber.

¡Ah! Y Darko Balaban, que sigue a lo suyo, como dirían algunos y lo refleja su lenguaje corporal. Nueva exhibición en el Pazo con el balón (incluido movimiento NBA). Con el idioma...ya es otro cantar, aunque actitud no le falta.

Y sí, llegó la primera derrota del curso pero, "nunca choveu que non escampara". Por ahora 3-1 y a por el siguiente.

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