Opinión

Desnudos impostados

A Mercedes Milá, en otro tiempo presunto referente de periodismo riguroso y sin medias tintas, le ha dado a los 61 años (según su perfil en la Wikipedia) por mostrar su otro perfil, el que le queda cuando exhibe durante unos segundos su escogida lencería. Hablando en plata, se ha dejado sacar por la tele en bragas y sujetador para tratar de subir la pobre audiencia de Gran Hermano decimocuarta edición. Ha hecho lo mismo que ya está de moda entre nuestros representantes institucionales. Ante la evidencia de que los ciudadanos perciben la cosa pública como un reality show decadente, los políticos se han lanzado al striptease, aunque en este caso lo que desnudan en su patrimonio material y pecuniario. Se destapan y fardan de ello. Sacan pecho igual que la Mercedes, pero la sensación que queda entre los administrados es que, igual que ocurrió con Milá, lo que hacen no es más que un acto de impostura pensado para subir audiencias, enseñando sólo las partes que se pueden enseñar en un fugaz ejercicio de visto y no visto.

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