Opinión

Incendio

Agosto entra con Ourense en el foco, de nuevo, por un incendio forestal; la desolación en el corazón de la Ribeira Sacra, símbolo del turismo provincial y punta de lanza durante años de la promoción de un sector considerado básico para nuestra economía, junto a la riqueza termal, dañada también este año por las inundaciones en las instalaciones de la ciudad y de Lobios, por dar dos ejemplos. Es el primero de calibre de una plaga que en verano extienden pirómanos e irresponsables y que medra en la falta de prevención y la incompetencia. La forestal es otra riqueza que nos agotan anualmente con implacable precisión y que padecen, fundamentalmente, las zonas del rural, las que verdaderamente nutren esta provincia de enorme potencial y continuamente agostada; en este caso por el fuego, en otros por la acción o dejadez de individuos tan voraces como ineptos.

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