Opinión

La conciencia

La gente anda algo soliviantada con Luis Roldán. La historia era lo suficientemente llamativa como para que todos los informativos sin excepción abrieran con las imágenes de su puesta en libertad. Su primer canutazo tras ser libre: “Otros se van de rositas”. Es normal que la gente ande soliviantada ante la comparecencia de Luis Roldán hasta en la sopa. Lo que su actitud viene a demostrarnos es que tiene la conciencia tranquila. Y eso sí que no. Si viésemos al personaje atribulado, deprimido, huidizo, con una enfermedad incurable a las espaldas, puede que el efecto no hubiese sido el mismo. En cambio, nos encontramos con alguien que no tiene ningún reparo en ver una corrida de toros junto a su nueva esposa.

La conciencia tranquila… ahí está la clave. También en el mundo de la televisión. Quienes hacen 'La noria', quienes hacen 'Generación Ni ni', quienes hacen 'Sálvame' o quienes realizan 'El juego de tu vida'. Cada cual se las arregla para tener la conciencia tranquila con arreglo a su rango. El presentador o la presentadora, los miembros del equipo que sólo son tropa, los colaboradores externos... hasta llegar al presidente de la cadena que también esgrimirá numerosos argumentos. Nos soliviantamos con Roldán mientras, a nuestro nivel, también saldamos deudas con nuestra conciencia.

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