Opinión

Felliniana

Qué peligro tienen las galas. Y qué bien salió la de los Premios Sant Jordi de Cinematografía en su 54 edición. La 2 tuvo la cortesía de recuperarla. La realización corrió a cargo de Jordi Vives, y la producción, de Ángel Villoria.

El eje vertebrador fue Fellini. Así, donde en otras galas los guionistas introducen gags inocuos, aquí se emplearon citas del maestro. Los músicos de la Lisboa Central Café pusieron la banda sonora. Y los presentadores Toni Garrido y Cristina Puig, su estilazo. Terminaron en la mismísima Fontana de Trevi y en riguroso blanco y negro, como mandan los cánones.

Tanto entregadores como receptores estuvieron certeros, muy a la altura. Ricard Sales, dio el Sant Jordi a Daniel Monzón. Lluis Homar a Barbara Lennie, y Cristina Plazas a Óscar Ladoire. Pepa Fernández y Juan Ramón Lucas leyeron el palmarés de premios extranjeros. Y José Corbacho y Juan Cruz los concedidos por el público. Fernando Guillén, demostró cómo goza en este tipo de saraos, glosando la laudatio a la homenajeada, Charo López, que mostró sus ganas de vivir.

Al recibir el premio a la mejor opera prima por ‘Pagafantas’, Borja Cobeaga agradeció a su guionista, el mejor de todo Irún, y evocó el programa ‘El planeta imaginario’, aquel de Miquel Obiols que se fabricaba en aquellos platós de Sant Cugat. La gala fue exquisita, en serio. Espero que tomaran buena nota muchos galeros.

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