Opinión

Ni Bieito ni Rigola

Qué raro es todo. A poco que sepas mirar, ves prodigios insólitos. Basta con desconectar el interruptor de la rutina. La Semana Santa ofrece muchas estampas que, parecen haber anestesiado nuestras retinas. Me detendré en una del pasado lunes, sucedida en el barrio del Parador de Roquetas de Mar, donde tenía lugar el relevo del turno de guardia por parte de los legionarios que velaban a un Cristo de la Buena Muerte. Ni Calixto Bieito ni Álex Rigola podrían superar algo semejante. Tú vas con toda la buena fe del mundo a un festival de danza contemporánea en busca de emociones fuertes, y no encuentras nada comparable a lo que se ve en ese templo de Roquetas en esa tarde-noche.

El verano pasado, presencié en el Auditorio de El Escorial una versión de ‘Carmen’ en la que Bieito plagaba el escenario de legionarios. Nada comparado con la coreografía vista y oída este lunes. Enchufar el ‘Andalucía directo’ al caer la tarde era como asomarse a esas piezas de ‘La mandrágora’ en sus buenos tiempos. Pero lo dicho, la retina llega a acostumbrarse, y deja de ver lo que pasa para comenzar a ver lo que ha codificado previamente. Por eso, si lo visto y oído en Roquetas fuese hallado por el diletante en el escenario del encuentro de escena contemporánea, aderezado por la iluminación adecuada, saltaría la polémica.

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