He vuelto a escuchar al presidente Zapatero prometer una subida de pensiones que pagará ¿con qué dinero? He visto como se despeñaba de la endeble fortaleza monclovita, con palabras de tristeza y gélido desdén, a Jordi Sevilla, él que en dos tardes enseñó a Zapatero todo lo que sabe de Economía. He escuchado a Rubalcaba palabras desafortunadas sobre la esperada sentencia del Tribunal Constitucional y me han sonado, en un hombre de su sapiencia, lealtad, transparencia y credibilidad a trapicheo pre-presupuestario. Si la española besa de verdad, Rubalcaba dice siempre la verdad. ¿Recuerdan la contundencia con la que negó la existencia tan cercana a él de los GAL? He visto una desmesurada alegría, acompañada de histéricos saltitos del presidente valenciano a quien le recuerdo que, hasta que el Tribunal Supremo sustancie el recurso presentado por la Fiscalía sobre el auto del TSV, las chaquetas y demás vestuario, no se lo puede dar a Cáritas y, que hasta el rabo todo es toro. He escuchado al ex honorable Mas unas declaraciones incendiarias coaccionando al Tribunal Constitucional.
En definitiva, después de consultar los últimos datos del paro, los restantes macroeconómicos y la firmeza de nuestro timonel, tiemblo ante el futuro en este mundo de laxitud con delincuentes, gamberros y putas. ¡Cuánto miran algunos por la familia!
