Opinión

Aquellos chavales de Cangas que asombraron a Ourense

Portada de un disco de Nuevas Amistades y cartel del Festival del Miño.
photo_camera Portada de un disco de Nuevas Amistades y cartel del Festival del Miño.

Los conocí y traté bien. Eran un grupo de amigos, de Cangas, que se llamaban Nuevas Amistades. La parte esencial del grupo eran dos chicas, creo recordar que eran enfermeras de oficio, y que se ganaron al público en aquel lejano Festival de la Canción del Miño, en 1970, cuando se celebraba la sexta de sus ediciones. Habían nacido unas estrellas de la mano de una pegadiza canción, titulada “Cantiga das Fontes”. El autor de la pieza era un joven y prometedor autor vigués, llamado Fernando Vázquez Quiroga. Conocí, entrevisté y seguí aquel grupo que llegó a grabar varios discos, que todavía suena bien. Recuerdo los nombres de los chicos que representaban a la península del Morrazo: Paco Piñeiro, de Cangas; Mario Monroy, de Moaña (tempranamente fallecido); Xexo Portela, de Bueu y Berto Pena, también de Moaña. Las chicas no eran gallegas, se llamaban Carmina Barranco, de Jaén y la toledana Elisa Ocaña.

En aquellos lejanos años, se nos contaba que al Festival del Miño se presentaban medio millar de canciones. Francamente, me parecían muchas. Cuando se estrenaron aquellos chavales de Cangas lograron el tercer puesto entre las veinte canciones seleccionadas en el primer pase, en la que competían cinco países (Portugal, Francia, Inglaterra, Irlanda y España) y situarse entre las 10 que llegaron a la final: “Manos que se alzan” (España), “Jécouterant man coeur chanter” (Francia), “Stop look and Listen” (Inglaterra), “Al otro lado del puente” (España), “El agua y Teresa” (España), “Le Cerceau” (Francia), “Dime dónde estás amor” (España), “Si volviera a nacer” (España) y “Rosalía” (España).

Aquel Festival ourensano alcanzó pronto fama y tuve el honor de retransmitirlo por Radio Popular, con la que conectaban otras cadenas. La transmisión la patrocinaba una fábrica de cervezas del polígono de San Ciprián de prometedor futuro y que ya no existe. Esa es otra triste historia. Me acuerdo de que, en aquella edición, muchos pensaron que el premio, y no el tercer puesto, debería haber sido para “Cantiga das Fontes”, pero ganó la finalista inglesa, que tenía mucho ritmo. Pero la decisión del jurado fue muy discutida.

Como he contado en otras ocasiones, antes de la gran final del Festival en Ourense, de aquella se celebraba una fase previa selectiva en el gran teatro Jordao de Guimaraes, para seleccionar la canción portuguesa. Pero también recuerdo que, al menos, uno de aquellos años, actuó también allí el grupo de Cangas. Desde luego, aquel festival era un acontecimiento irrepetible, pues no he visto que las gradas del pabellón estuvieran cubiertas de público entusiasta sin dejar un resquicio.

A quienes conocimos y disfrutamos aquel festival nos cuesta pensar que hace 48 años que desapareció; es decir, que ya son al menos dos generaciones de ourensanos para quienes aquel recuerdo vivo para tantos es una leyenda lejana, envuelta en la nebulosa de la lejanía. No obstante, hemos podido constatar que existe un amplio fondo de discos editados con las canciones de aquel festival, y que esos discos, como los de Nuevas Amistades son valoradas piezas de coleccionistas.

Ya les he contado que conservo la grabación completa de la retransmisión de una de aquellas ediciones y que el original fue depositado en el Arquivo Sonoro de Galicia. Cuando escucho de nuevo este documento sonoro, vuelvo a emocionarme al sentir el ambiente del pabellón, los sones de la orquesta, y las canciones que competían. ¿Pudo sobrevivir el festival? Yo quiero creer que sí, aunque se transformara conforme a los tiempos. Lo cierto es que nada ocupó su lugar en las fiestas de Ourense, comparadas con las de entonces, y que han venido bastante a menos.

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