Opinión

RECORDS

Hace un tiempo, con 'Carachita', cuando íbamos de compras nos fijábamos mucho en lo atentos que eran los comerciantes o las empleadas; ahora también lo hacemos, pero sin anotarlo, pues se nota demasiado aunque no se comente. No fallaba, cuando las empleadas eran antipáticas, como si te hicieran un favor vendiéndote algo, pronto aparecía el cierre del negocio si lo llevaban ellas solas sin los propietarios, y si estos eran antipáticos ocurría lo mismo. Esto sirve para siempre, porque la empatía, simpatía y la amabilidad, vende sola. En lo que habíamos coincidido es en que en todas las tiendas de deportes a las que acudimos, siempre era en donde estaba la gente más amable. Ignoro si el género que venden influye positivamente, porque hoy en día también es así. Existen tiendas que todos conocemos y que duran y duran como las pilas Duracel, porque los dueños son amables y están pendientes de sus empleados para que sean amables a su vez y atiendan bien a sus clientes.


No voy a nombrar a todos, pero sí a dos. Una es María, que cuando me enteré de que es propietaria de un establecimiento en una galería de la calle de Santo Domingo, no paré de buscarla, pues en donde estaba antes era un primor de empleada. Por fin un día di con ella, tan encantadora como siempre, atendiendo a las mil maravillas, en la Galería Viacambre en Santo Domingo, local 12. Quedé encantada de su tienda, pues no solo realiza las fotocopias en blanco y negro y a color, sino que hace impresiones a color, blanco y negro, encuadernaciones, plastificados. Tiene toda clase de material de oficina, escolar, papelería técnica, objetos de regalo, de todo y precioso. La persona que va una vez repite; porque te resuelve lo que desees en ese campo. Encima es un encanto. Espero que su tienda tenga larga vida cuando la vayan descubriendo.


Lo mismo ocurre con Inés en la avenida de La Habana, un negocio pequeño en tamaño, pero grande en el trato y en la calidad de los productos de ropa interior, medias y mucho más; porque Inés ya es una institución desde hace muchos años, por su amabilidad, su bondad y el estar a disposición de sus clientes para complacerlos en lo que necesiten. Dos ejemplos de negocios que merecen su permanencia hasta que sus propietarias decidan.


A los que no saben ser amables y que no les sale una sonrisa ni por necesidad, les diría a otra cosa mariposa, pues los compradores queremos amabilidad. Los problemas en casa están mejor, todo el mundo los tiene y nadie tiene que pagárselos, así qué, a sonreír toca con los clientes, pues se ve que cuando lo hacen, quedan deseosos de volver, y cuando tienen esas caras de desgana para atender, espantan. Ni que decir tiene que hay numerosos negocios con gente amable, cada comprador lo sabe. Ahora, hasta los que solamente son atendidos por empleados tratan de ser agradables, en contrapunto con lo que se decía: 'El que tiene tienda que la atienda, y si no que la venda'. Actualmente, el tener trabajo tiene la categoría de lujo, con la que nos cae en nuestra España, y al lugar donde trabajan lo consideran bendecido, si dura y están bien remunerados; porque también existe quien aprovecha estos malos momentos, para rebajar las nóminas de sus empleados o declararse en quiebra, sin ver más allá de su ombligo. Es penoso, pero es la verdad absoluta. ¡Ah! Ahora recuerdo que hace un tiempo leí: 'Sólo dicen la verdad los niños y los tontos', ¡arreaaa!

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