Opinión

Andar y ver

Recorriendo estas tierras del alma -también a través de la televisión- es frecuente ver montones de desperdicios esparcidos por el espléndido paisaje de Galicia. Neumáticos, lavadoras, deshechos orgánicos, restos diversos jalonan regatos, ríos y zonas de bosque. Tal cosa produce una impresión tan negativa, tan ofensiva que lleva a uno a dudar si ciertas personas son dignas de vivir en esta tierra verde. Por desgracia, existen gallegos que utilizan lo que es de todos y que a todos pertenece como estercolero donde verter su mala educación ciudadana, así como un nulo respeto por esta tierra a la que amamos. Las personas que viajan por el norte peninsular coinciden en afirmar que Galicia desmerece con respecto a las otras comunidades vecinas. No cabe duda, padecemos una grave deficiencia en educación y cultura respecto a nuestros propios valores: maltratamos el paisaje, tenemos a menos nuestra propia lengua gallega y la sustituimos por un ridículo castrapo. ¡Así nos vai!

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