Opinión

ANOTACIONES DE UN LECTOR

Es grato revivir emociones que en otro tiempo nos ayudaron a ser algo felices. Y aunque -como decía Nietzsche- el hombre es animal de más larga memoria, al fin, el tiempo -máximo roedor- acaba por difuminar los recuerdos. Para que ello no suceda, disponemos de un instrumento maravilloso, la escritura. Gracias a ella, emociones encerradas en el pasado podemos revivirlas en el presente.


En mis anotaciones de lector, figuran pequeños textos copiados de un libro que leí en el lejano octubre de 1970. Su título, 'Cerdeña, mi país'; su autora María Giacobbe, una maestra italiana. Se trata de un conjunto de relatos breves, pero vivos, sobre el ambiente de miedo y miseria en que vivían muchas gentes bajo el régimen fascista.


En uno de ellos, hace referencia a la guerra civil española y escribe: 'Casi todas las personas que yo conocía simpatizaban con los 'rojos'; y por las mañanas, con puertas y ventanas cerradas, mamá escuchaba Radio Barcelona, mientras me hacía las trenzas para ir a la escuela'. Y de aquella guerra injusta, imperialista, de agresión contra un país atrasado e inerme, Abisinia, dice: 'También hacían presente esta guerra las niñas que cantaban en la plaza: 'Queremos ver al Negus/ para cortarle la barba/ y hacer de ella cepillos/ con que limpiar las botas/al Duce Mussolini'. La canción me era antipática y nunca me uní al coro, aunque no podía evitar imaginarme al Negus como a un monstruo, con enormes bigotes manchados de betún'.


María Giacobbe 'Cerdeña mi país' 1962.

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