Fue sorprendente el entusiasmo que algunos o bastantes gallegos exhibieron ante la actuación y posterior triunfo de la selección española en el mundial de fútbol.
Hubo gentes que berreaban como demonios, mostrándose en calles y bares con una agresividad que desconcierta, teniendo en cuenta que aquí las personas suelen ser sensatas y moderadas. Esos días algo resultaba excesivo.
En estas circunstancias, unos amigos entramos en una cafetería dispuestos a tomar unas cañas y al mismo tiempo, seguir por la tele el encuentro. Era el partido frente a la selección alemana.
En un principio la parroquia se mostraba cauta y temerosa ante la fama de fortaleza, demostrada con creces por los germanos.
El silencio era absoluto. !Por fin, un enorme grito atronó el reducido espacio!¡España se imponía por un gol a cero!. Entonces los berridos alcanzaron muchos decibelios, tantos que, exagerando 'algo', pudieron oirse en 'Bremen'.
¿De donde les vendrá tanta pasión?¿Dónde está la crisis?¿Acaso vivimos en un pais balón?.