Alvaro Uribe se despide de la presidencia con un nuevo ataque a Hugo Chávez. El colombiano lleva años denunciando que el venezolano ampara y protege a las FARC, el grupo terrorista que tanta desgracia ha traído a Colombia y cuya desarticulación es objetivo prioritario de sus sucesivos presidentes. Pues bien, antes de dejar la presidencia -dentro de tres semanas- Uribe ha hecho público un comunicado, leído por su portavoz desde la propia sede de la presidencia, en la que se aportan pruebas de que importantes jefes de las FARC se refugian en suelo venezolano. Ahora. Es decir, que siguen recibiendo la ayuda de Chávez aunque Chávez había asegurado que ya no había miembros de las FARC en su territorio.
El anuncio, el comunicado, volverá a provocar fuertes tensiones entre los dos gobiernos. Chávez presume de que su posición de tibieza respecto a las FARC se debe a que quiere seguir siendo intermediario entre las autoridades colombianas y la guerrilla, de hecho su gestión ha sido clave para algunas liberaciones importantes, como la de Clara Rojas después de seis años de cautiverio. Pero Colombia ya no admite como justificación de la postura de Chávez ni siquiera su supuesto interés por cooperar para que los secuestrados recuperen su libertad: Colombia ha demostrado que cuenta con información importante sobre lo que ocurre en el seno de las FARC ?de ahí las pruebas sobre su presencia en Venezuela-, cuenta además con la ayuda de algunos terroristas que han abandonado su actividad o que, una vez capturados, han decidido colaborar con la policía y el ejército colombiano y, lo que es más importante, ha demostrado el ejército colombiano que es capaz de montar una operación de rescate de gran envergadura y peligrosidad, como la que se organizó hace dos años para rescatar a Ingrid Bettancourt y a media docena de sus compañeros. Una operación diseñada por el entonces ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, que será el sucesor de Uribe en la presidencia de la república tras ganar las elecciones con un amplio porcentaje de votos.
Hugo Chávez siempre ha mantenido una actitud de desprecio hacia Uribe en la confrontación que mantienen. Pero que se encuentren pruebas fehacientes de que ayuda a un grupo que las instituciones internacionales consideran terrorista no es una buena noticia para él. Hasta los suyos necesitarían explicaciones. Pero no las tendrán, Chávez jamás reconoce una mala actuación.
