Opinión

Como un mal sueño

Una extraordinaria descripción del sueño. Como no tengo una pizca de la imaginación de nuestro genial Miguel de Cervantes, por favor, acompáñeme a una situación real en la consulta de un médico neumólogo.


Médico: 'Dígame, por favor, ¿qué le sucede?, ¿por qué viene a consultarse?'


Paciente: 'Estoy todo el día cansado, desde que me levanto por la mañana hasta que me acuesto por la noche. Me levanto sin ganas de hacer nada, como si hubiera estado trabajando durante toda la noche. También noto últimamente que me olvido de las cosas y que he perdido interés por asuntos que antes eran importantes para mí'.


Médico: '¿Se queda dormido fácilmente por el día?'


Al paciente le acompaña su mujer: '¿Qué si se queda dormido? Dígamelo a mí, se queda dormido en cualquier sitio. ¡Y cómo ronca! Casi todas las noches tengo que dejarlo solo e irme a otra habitación, si no quiero pasar la noche en vela. Aunque eso sí, me voy preocupada porque tengo miedo que le ocurra algo, ya que a veces, entre los ronquidos, se queda sin respirar durante mucho tiempo. Cuando sucede esto, le muevo por si le ha pasado algo, entonces echa un ronquido muy fuerte, que asusta a cualquiera, y vuelve a respirar. Hasta ahora siempre volvió a respirar. Y si bebe vino o algún licor durante la cena, todavía peor, no hay quien pueda dormir con él. Además, es imposible llevar una vida de relaciones sexuales normales porque se acuesta y ya está roncando. ¡Ah!... También se mueve mucho en la cama mientras duerme'.


Las personas que acuden a la consulta con estos síntomas suelen tener más de 40 años, ser obesas y tener cuello corto. Pero no siempre es así y pueden tener una constitución normal. Y por estos síntomas, muy característicos, el médico sospecha que este paciente padece un síndrome de apnea del sueño.


Según investigaciones recientes, hasta un 20 o 25 por ciento de los accidentes de tráfico graves, incluso mortales, los protagonizan conductores/as con síndrome de apnea del sueño al quedarse dormidos/as mientras conducen.


En contra de la creencia tan extendida en la población, roncar mientras una persona está dormida no equivale a sueño reparador. Roncan más los hombres que las mujeres. Un 20 por ciento de la población ronca mientras duerme y un 15 por ciento de los roncadores padece apneas -detenciones temporales de la respiración- durante el sueño.


La apnea se define como la interrupción de la respiración durante más de 10 segundos. En algunos pacientes se interrumpe totalmente la respiración durante más de 90 segundos y algunos de estos pacientes llegan a sumar más de 2 o 3 horas de mala oxigenación del cerebro durante la noche a causa de las apneas. Las apneas obstructivas se producen por el cierre completo de la faringe, situada en la región superior del aparato respiratorio. El final de la apnea se anuncia con un ronquido muy estrepitoso, que conocen muy bien las personas que mal-duermen con estos enfermos.


Recuerdo cuando hospitalicé al primer paciente con este trastorno hace muchos años. Se quedó dormido en la sala de espera y en la camilla mientras lo exploraba. En la habitación de tres camas del hospital, dormía en la de la ventana. En la cama más cercana al pasillo estaba hospitalizado otro paciente que me contó por la mañana que no había podido dormir en toda la noche, no solo por los ronquidos sino porque debido a las apneas tan prolongadas de este paciente en varias ocasiones creyó que se había muerto. Y dijo, '¡cuando me levantaba y acercaba a su cama para ver que le había pasado, echaba un ronquido tan fuerte, como el de un búfalo, que me asustaba mucho!'


Cuando hay un número considerable de apneas por hora durante la noche y somnolencia por el día, hablamos de síndrome de apnea del sueño y se caracteriza porque estos enfermos, como referíamos antes, se levantan por la mañana con sensación de no haber dormido bien durante la noche, con ganas de no hacer nada y deseando que todos los días fuesen fines de semana para poder dormir la siesta. Estas personas duermen pero no descansan. Para diagnosticar con mayor seguridad este síndrome se realiza una poligrafía respiratoria en el domicilio o una polisomnografía, que registran las apneas producidas durante la noche. El síndrome de apnea del sueño afecta a un 4 o 5 por ciento de los hombres y a un 2 por ciento de las mujeres.


La mayoría de las personas no son conscientes de que padecen esta enfermedad. Hay pistas que pueden alertar sobre su existencia, como sorprenderse teniendo sueño a menudo durante el día a pesar de haber dormido bastantes horas la noche anterior. La disminución de la apetencia sexual es también una característica habitual de este síndrome y la impotencia también es más frecuente que en la población general.


No hay fármacos para tratar este trastorno. Las medidas generales como adelgazar, dejar de tomar bebidas alcohólicas y no fumar pueden mejorar los síntomas. Si no se logra corregir los síntomas del síndrome de apnea del sueño con estas medidas o el paciente no lo consigue por falta de voluntad, entonces el médico valorará el tratamiento con un respirador que administra aire a presión positiva a través de una mascarilla nasal o naso-bucal durante el sueño que se conoce como CPAP, sigla en inglés de 'presión positiva continua en la vía aérea'.


Decía también el eminente autor de Don Quijote de la Mancha, 'sea moderado tu sueño; que el que no madruga con el sol, no goza del día'.


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