Opinión

Es un trampatojo, imbésciles

Hay muchas más cosas en un huerto que aquellas que planta el hortelano: Anidan los córvidos, horadan los tópidos, pululan las avispas, rastrean los hierbajos; hay musarañas, madrigueras, plagas de picudos rojos que aniquilan las palmeras más longevas; campan a sus alas los coleópteros, el mildiú hace escuálidos sarmientos, y los que no tienen graneros ni siembran se burlan de los espantapájaros.

No importa la ilusión que haya puesto en su tarea el hortelano: volverán las dañinas malas hierbas, hocicarán las alimañas, entrarán los ladrones y diezmarán la cosecha. Él, y su perro, habrán de estar vigilantes. La ilusión no basta a mantener a salvo su cercado. La ilusión no se come; ni alimenta, por más que se empeñen los poetas.

Y me diréis: “Brasas, ¿a qué viene ahora esta parábola?”. Pero en verdad en verdad yo os digo que sois unos ilusos.

Ilusos si creéis que armados con vuestro voto vais a cambiar España. La ilusión durará lo que dure el escrutinio. Luego vendrán los pactos, las chapuzas, las mentiras soterradas, el donde dije digo digo Diego, las puñaladas traperas. Las putadas.

Ilusos si creéis que pertrechados tras unas siglas y unos slogans os vais a hacer inexpugnables a los lobbies, las eléctricas, los mercados financieros, los bancos, los monopolios, los paraísos fiscales, las multinacionales, los magnates, las finanzas y los poderes fácticos. Poderes por cierto ilegítimos, porque no emanan del pueblo al que maltratan.

Ilusos si creéis que el pueblo es soberano. Y democrático. La democracia dura lo que duran las campañas. Los gobiernos que salen de las urnas o se amañan en pactismos post sufragio, no sirven para nada. Solo sirven al poder. Solo el poder los ampara. El voto de los ciudadanos es irrelevante. Da para conformar una intendencia más o menos populista, una ley más o menos feminista, una reforma laboral más o menos proteccionista, un guiño más o menos paternalista a putas, lesbianas, maricones, ecologistas, antiabortistas, antitaurinos, cinéfilos, cineastas, culturetas, estudiantes (malos), meapilas (regulares), pensionistas (decrépitos), sindicatos (moribundos) y poetas (muertos) . Trivialidades. La llave del cajón, el dinero de verdad, lo seguirán administrando a su antojo los del ‘antipueblo’.

Tampoco sirven a estas alturas las barricadas. Ni siquiera las intelectuales: ‘Organización sin autoridad’: no sería ninguna gilipollez pero, de momento, en un mundo globalizado, es una quimera. Además las revoluciones casi siempre las alienta un líder, las arenga un gremio y cuando cambia de manos el poder, las padece el pueblo: Grecia, Brasil, Venezuela…

Es la economía, imbéciles. Vuestro huerto es solo un trampantojo. Recordad: ‘Si quieres ser feliz durante un día embriágate, si quieres ser feliz durante un año cásate, si quieres ser feliz toda tu vida cuida un huerto’. Lo dicen los chinos. Pero yo os digo: salid de ese jardín de ‘ilusoflautas’ y quimeras cuanto antes. O no entréis. Mejor quedaros en casa, así sea soñando con las musarañas. Claro que también podéis daros un homenaje. Hoy sí. Hacer un corte de mangas a las siglas y votar lo que se os ponga en el túnel de la holganza. Decidir, lo que se dice decidir, decidiréis más bien poco.

En cuanto a mí, qué queréis que os diga: han abierto un nuevo bar, los vuelos están por las nubes, las navidades a la vuelta de la esquina, las grandes superficies a la caza de las pagas extras y El Barça va de primero. Solo fai falla que chova. Nada nuevo.

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