Opinión

los alcaldes como valedores

Los alcaldes han comenzado a dar la voz de alarma contra las suministradoras de energía eléctrica, a las que acusan de tarificación poco clara, justificada luego a través de facturas ininteligibles, pero que siempre encierran las cuentas del gran capitán; es decir, ellos ganan y a usted le tangan, sea particular, empresa o institución pública, casi sin remisión, salvo excepciones.

Lo dicho lo sostiene un servidor, aunque si faltase solvencia, atribuyánselo al alcalde de Piñor, Francisco José Fraga, que es hombre cabal, o a otros noventa y tantos de toda Galicia (casi un tercio del total). Los efectos, en cambio, multiplíquenlos por el número de hogares o clientes de estas compañías y tendrán, más o menos, cómo es la relación entre ambas partes, aunque nunca podrá saber el alcalde de las cantidades esfumadas indebidamente.

Es un asunto en el que llueve sobre mojado, pero que es oscuro, oscuro. Valga una anécdota, no por buena, sino por directa, ya contada otras veces. Cómo puede fiarse, si consume una media de 150 euros al mes y sin cambios apreciables en hábitos de consumo, le aparece un recibo de -15 euros (como lo lee, en vez de pagar es la suministradora la que le abona esa cantidad; usted cobra por consumir, vamos) y el siguiente asciende a 320. ¿Qué ha pasado? La lectura atenta del recibo, ni su sesudo estudio, le sacarán de dudas y menos las explicaciones que pueda darle por teléfono alguien con acento extraño desde las Barbados o el sur de Argelia.

Bueno, pues a ver si ahora los alcaldes, mientras defienden los intereses de las instituciones que representan -que son nuestras-, enarbolan también la bandera ciudadana y logran que no nos cobren demás y si pudiese ser, que entendamos los recibos. Pasarían a la historia, sin duda.

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