Opinión

Aumento de la delincuencia

La Policía reconocía días atrás el importante incremento de la delincuencia en Ourense. Tal circunstancia era sabida y lo que han venido a hacer las estadísticas es a confirmar la realidad. La dureza de la situación socioeconómica está colocando a mucha gente ante la incapacidad de hallar medios para vivir y eso tiene influencia en el incremento del número de robos.

La crisis extrema hace que alguna gente que siente la necesidad de robar y que no lo haría en otras condiciones, de la misma forma que hay personas buscando en los contenedores, que sólo un par de años atrás resultaría impensable que lo hicieran.

Pero atribuir en exclusiva el incremento de la delincuencia a la crisis es desenfocar el problema, aunque sea campo abonado para ella. En las aulas, por ejemplo, se están viviendo actitudes violentas protagonizadas por niños y chicos cuya situación no está condicionada por la crisis.La situación es compleja, porque hasta ahora nadie está dispuesto a tomar el toro por los cuernos para tratar de buscar una solución. Los gobernantes del ramo andan más preocupados en introducir o perpetuar la carga ideológica derivada de sus creencias personales, que de poner coto a una evolución que amenaza con írsele de las manos al sistema educativo. El Gobierno habló hace poco de conferir estatus de autoridad a los docentes, aunque eso por sí mismo difícilmente va a ser útil.

La falta de perspectivas laborales como posible alternativa hace que el fracaso coloque a los alumnos que lo sufren al borde de la exclusión. No hará falta esperar al futuro para ver lo que puede pasar, pues existen ya ejemplos claros. Que un joven cometa un delito cada mes o cada quince días, es uno de ellos. Como son acciones de relativa entidad (para el sistema, porque para las víctimas puede ser importante), comparece ante el juez tras ser detenido y a los pocos días vuelve a la calle. Y vuelta a empezar. Podríamos encarcelarle de por vida, pero no parece que esa sea la solución, sobre todo porque faltarían cárceles suficientes ni presupuesto capaz de sostenerlas.

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