Con alguna periodicidad aparecen quejas sobre la existencia de coches abandonados en la vía pública, sin que nadie tome cartas en el asunto, tan incomprensible para los ciudadanos cuanto que choca con la celeridad para retirarlos en otros puntos.
La opinión generalizada es que la empresa responsable se dedica a levantar los que van a ser reclamados por sus dueños en el depósito de Seixalbo, previo pago de la operación, al margen de la sanción a que hubiere lugar. Existe la creencia de que los abandonados durante largo tiempo o no tienen dueño o éste se ha desentendido -eso es evidente- del automóvil.
Sin embargo, en teoría eso es legalmente imposible, porque Tráfico siempre tiene registrado un propietario hasta que el vehículo cause baja, pero para ello una empresa de desguace debe certificar previamente que se ha hecho cargo de lo que ya es chatarra. ¿Dónde está el problema entonces? ¡Ah! Misterio.
