El alcalde de Vigo, al menos en público, no pasa por ser un señor simpático y, sin embargo, los chistes que genera con su gestión le harían acreedor de un lugar en el Club de la Comedia si él quisiese. La pérdida de viajeros en el aeropuerto de Alvedro viene dándole argumentos en los últimos tiempos para sus ya famosas boutades; ayer mismo anunció que va ir a por todas en la defensa de la viabilidad de la infraestructura aeroportuaria, incluso llevándose al presidente de la Xunta por delante -aunque no lo haya dicho, se supone que será políticamente- en el empeño, si la solución al problema que le ocupa lo requiriese. Vaiche boa¡ o incluso un más contundente Manda carallo¡, podría responder O Carrabouxo si reflexionase en torno al asunto.
Recuerda la amenaza a aquel individuo que en una noche de pendencia resultó con la cara estrellada por parte de un rival, sin que él pudiese tocarle un pelo. El episodio le valió chanzas hirientes sobre su cobardía de cuantos le conocían. Por ello, cada vez que le recordaban el incidente -muy amenudo-, prometía solemnemente que al día siguiente ajustaría cuentas con él, pues vivía apenas unos metros más abajo. Los mismos amigos que le retaban a hacer realidad sus amenazas le dijeron un día que su potencial víctima había emigrado. 'Pois tivo sorte, porque mañán sí que as iba a deixar sobras', respondió con total seriedad.
Así de cómico sería lo del regidor vigués, si no fuera porque sus delirios van con cargo a las arcas públicas, que es lo mismo que decir de cada ciudadano que pague impuestos en la primera ciudad gallega; como el concierto de piano en plena vía pública para celebrar la reparación de aceras y la instalación de bancos o la abortada verbena de una afamada orquesta -cualquiera sabe cómo acabaron los entresijos de aquella operación- contratada para amenizar una protesta por la discriminación de Peinador.
Es dudoso que con reacciones de este calado se puedan arreglar los problemas de los ciudadanos, aunque es posible que algunos se divertan con las ocurrencias del alcalde.
