Opinión

Falta convicción

El portavoz de la asociación Jueces para la Democracia en Galicia cree que la corrupción en España 'no es una manifestación de individualidades perversas', sino 'sistémica'. Lo dijo en sede parlamentaria ante la comisión de estudio sobre estos comportamientos. El magistrado Xermán Varela afirmó que no se puede considerar una 'plaga' como es o fue en otros países, 'pero sí existe y es importante'. Paralelamente a este punto de vista, conocemos que el año pasado los tribunales gallegos sólo han sentenciado a lo largo de todo 2012 ocho casos asociados a la corrupción política.

Dando por ciertas las consideraciones del juez y los datos estadísticos, es evidente que existe un problema al que la justicia es incapaz de hacer frente. Las razones son variadas, pero la propia clase política, a la que pertenecen los corruptos, tiene poco interés en perseguir estas prácticas deleznables.Es frecuente que los partidos critiquen con dureza a quienes se ven mezclados en episodios de este tipo, siempre que sean de una fuerza rival, porque cuando son camaradas, hay inmediato cierre de filas a base de la socorrida presunción de inocencia, que es necesaria, pero que no exime de adoptar las medidas adecuadas para evitar la existencia de choriceo en sus siglas.

La financiación de los partidos tampoco es ajena a comportamientos poco éticos o directamente delictivos, pues resulta increible que una fuerza política pueda vivir de sus propios medios. Es como si el zorro cuidase de las gallinas, y así difícilmente puede esperarse una legislación que ponga coto a los corruptos y los colaboradores necesarios para que lo sean.

El día que las cuentas de los partidos sean claras, habremos dado un paso de gigante en la erradicación de la corrupción en la política, porque nadie tendrá que hacer nada vergonzoso para ayudar a su organización. Y si el colectivo es capaz de vivir por sí solo, quienes meten la mano en el cajón estarán mucho más solos y su actitud será reprobada con toda la dureza necesaria y, sobre todo, con convicción. Mientras, poco se hará.

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