Opinión

Es posible

El acuerdo unánime registrado en el último pleno del concello de Ourense para autorizar la expropiación de los terrenos necesarios en el entorno de As Burgas que permitan la construcción del balneario tan largamente anhelado, demuestra que los munícipes y los grupos a los que representan son capaces de utilizar el sentidiño. Se da en contadas ocasiones frente asuntos de importancia que, curiosamente, son los que más precisan del esfuerzo común, pero tal circunstancia no puede minimizar el alcance de la decisión.

El termalismo no va hacernos ricos de la noche a la mañana, ni es la panacea para el futuro, pero tiene muchas posibilidades de convertirse en una de las patas sobre las que se asiente un importante recurso económico, de los que tan urgidos estamos.

Resulta inexplicable que con más de tres millones de litros diarios de agua caliente, el municipio de Ourense no cuente siquiera con un balneario en condiciones. La situación es tanto más clamorosa cuanto que hay un respetable sector en el mercado turístico que demanda ese tipo de instalaciones.

Tratar de poner solución a ese desatino es un ejercicio de responsabilidad que habría que exigir de los políticos, pero que tal como andan las cosas, debemos agradecerlo y hacer votos para que tal actitud se repita cuantas veces el interés general lo requiera.

Es cuestión de proponérselo, entre todos, aunque haya matices y reproches sobre las culpas de lo que se hizo mal o no se hizo, si bien en este capítulo cada uno tendrá sus propios nombres o causas. Resulta esperanzador que un debate sirva para poner las coincidencias por encima de las discrepancias, en vez de ese frustrante diálogo de besugos que sólo vale para solemnizar mediante votación la obviedad de los desacuerdos.

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