Opinión

Tesón y talento = éxito

Hay que descubrirse ante el trabajo realizado por el polifacético Rubén Rios para sacar adelante el festival cinematográfico que tiene lugar en su pueblo natal y que lleva el nombre del recordado actor Abelardo P. Gabriel. Tiene mucho mérito, teniendo en cuenta que ha de enarbolar en solitario la bandera de la responsabilidad; tanto, como tristeza produce que el concello de Rios se desentienda del evento y despache una pregunta sobre el horario de actividades con un 'ni idea, el concello no tiene nada que ver en la organización; eso son cosas de Rubén', que sonaba desdeñoso.

Si fuese el tono, tampoco es para sentirse ufano de quedar al margen de una iniciativa que con su director han hecho más por la promoción del concello de Rios en cinco años que éste y quienes lo gestionan desde tiempos de Viriato (el alcalde cumplió 18 años al frente). Cierto que ha habido muchos y buenos apoyos de instituciones, empresas, marcas y personas de sectores variados, capaces de poner en marcha una idea tan singular como ésta.

El tesón de Rubén Rios puede mucho y la consolidación parece encaminada, aunque resten cuestiones menores por resolver, como el frío durante las proyecciones (en las actuaciones, el movimiento atenúa la sensación de rigor). Es un esfuerzo asumible, sobre todo en relación con el bienestar que genera en beneficio del festival.

Si hablamos de contenidos, hay que destacar la riqueza creadora de los jóvenes valores. Como paradigma el extraordinario documental sobre los afiladores, oficio recuperado de la historia y de las historias que en cada rueda tiene Florencio de Arboiro, a través del testimonio directo de un reducido grupo de supervivientes que retratan una forma de (mal)vivir y ganarse el sustento a base de vida errante de sacrificio y privaciones.

El trabajo lleva la firma de Aitor Rei, otro joven creador ourensano llamado a proyectos mucho más ambiciosos delante o detrás de la cámara y sobre o detrás de los escenarios. Le faltan medios -como a todos-, pero tiene talento, que es lo único que no se puede comprar para triunfar.

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