Opinión

¿Para qué sirve el dinero?

A primera vista parece cosa fácil averiguar en qué se emplea el dinero. Luego parece imposible. Finalmente, después de mucho pensar, se llega a la conclusión de que no es fácil ni difícil. No es tarea sencilla, pero se puede llevar a cabo. ¿En qué consiste? Se trata simplemente de hacer un análisis de los ingresos y de los gastos domésticos. Parece cosa fácil; bastaría con preguntar a la gente qué ingresos tiene y cómo los gasta. Entonces, si uno de los objetivos consiste en obtener datos que permitan estudiar el coste de la vida, hay que visitar periódicamente las tiendas y las plazas de mercado para observar las fluctuaciones de los precios. Sin embargo, no es fácil, incluso en teoría. ¿A quién preguntar, entre una población de millones de almas? ¿Cómo seleccionar el tipo de gastos objeto de la encuesta entre los innumerables artículos en que una persona puede gastar su dinero? ¿Cómo se puede llegar a clasificar cada artículo por su importancia? El precio de una alfombra nueva puede aumentar en 100 euros sin repercusiones manifiestas, pero si, por ejemplo, el precio del pan o de un saco de arroz aumenta unos céntimos puede producir un mayor impacto en el costo de la vida. Y cuando todas las cuestiones teóricas hayan sido resueltas, el hecho de llevar a efecto el estudio del problema constituye una hazaña de vasto alcance y complejidad que debe realizarse rápidamente. De no ser así, la información que se obtenga sobre los gastos de un hogar no permitirá un estudio comparativo con los de otra familia.


¿A quién preguntar? ¿Qué cuestionario servirá de base? ¿Cómo se puede desarrollar la encuesta? Estos son los puntos fundamentales. El misántropo puede añadir otro: ¿Por qué ocuparse de ello? El estudio de ingresos y gastos domésticos cumple, desde luego, tres objetivos principales. El más corriente es el de la compilación de un índice de precios, por medio del cual los gobiernos se esfuerzan en medir las fluctuaciones del nivel general de los precios, por lo regular mensualmente. Ese índice de precios sirve para varios fines, siendo uno de los más conocidos el de la determinación de los salarios. Las cláusulas de los contratos o de los convenios colectivos protegen, quiérase o no, a millones de trabajadores, puesto que en ellas se dispone que sus retribuciones deben aumentar lógicamente siguiendo el ritmo de alza del índice de los precios. Asimismo, la estabilidad de los precios es objeto de la política económica de la mayor parte de los gobiernos del mundo.


Por otra parte, un segundo objetivo es servir de medio auxiliar para el estudio del nivel de vida. Evidentemente, este estudio permitirá poner de manifiesto las deficiencias que existan. Muchas de esas deficiencias pueden atribuirse a la ignorancia. Otras pueden tener su origen en la necesidad de dinero; necesidad que, en muchos casos, da lugar a solicitar y obtener préstamos con garantía hipotecaria.


Si la encuesta se lleva a efecto en forma tal que puedan estudiarse los diferentes tipos de familias, es decir: familias con varios hijos, jubilados de edad avanzada que vivan solos, familias que habiten en la ciudad y familias avecindadas en los medios rurales, entonces los resultados servirán de considerable ayuda práctica a los gobiernos avanzados para el planteamiento y mejora permanente de los servicios sociales y como base de su política social progresista.


El tercer objetivo del estudio es poner de manifiesto las tendencias del consumo. Si periódicamente se hicieran investigaciones sobre ello, se podría observar que las familias gastan más en ciertos artículos de consumo que en otros. Eso depende, en muchos casos, del gusto y de la moda. El conocimiento de ese factor es de inestimable valor para el planteamiento de la producción futura, no solamente en los países de economía centralizada sino en los sistemas de economía más liberal.


En realidad, la especialización de las técnicas modernas de producción es tan grande que los fabricantes no pueden pasar rápidamente de la producción de un artículo de consumo a otro nuevo para satisfacer la incesante evolución de la demanda. Tienen necesariamente que anticiparse a esa evolución. Lo mismo debe hacer el inversionista, ya sea un particular o un gobierno. Desde siempre, la variación de gastos del consumidor puede significar la decadencia de un sector industrial en su conjunto y la prosperidad de otros. Si por cualquier razón no se estiman convenientes las tendencias, se debe hacer lo necesario para impedir su curso, simplemente por la publicidad y la educación.



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