Opinión

Belleza popular

Está bien que de vez en cuando nos recuerden que algunos productos por ser más caros no son mejores, como nos quieren hacer creer los gurús del marketing; que la mejor calidad -y sin duda el precio- está a veces en las marcas blancas, tan denostadas por los partidarios de la firmitis. Una humilde crema antiarrugas del supermercado Lidl, según la OCU, es más eficaz en su función que otras treinta veces más caras de alta perfumería. Al menos lo es dentro de lo que cabe, porque acabar con las arrugas, lo que se dice acabar, no lo consigue ninguna, si acaso las reducen, y para eso, para qué gastar más de lo imprescindible. Con estos ejemplos se entienden las trabas a las comparativas de las asociaciones de consumidores.

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