Opinión

Memoria de España

Parece que asistimos a un cambio de gustos en los espectadores españoles de cine y televisión: los filmes que tratan positivamente la memoria secular de España obtienen éxito, mientras fracasan los que siguen centrándose, como desde que murió Franco, en lo malo del franquismo.

Estos días apareció en los cines la película “1898. Los últimos de Filipinas”, y en horario estelar, en TVE, “22 ángeles”, sobre la primera expedición filantrópica de la historia, iniciada en 1803 por Carlos IV, para llevar a América la vacuna viva de la viruela en el cuerpo de unos niños gallegos.

En numerosos cines retiran casi recién estrenada “La reina de España”, ruinosa película de Fernando Trueba que tenía las salas vacías a pesar de ridiculizar a Franco.
1898, de coste muy inferior y dedicada al medio centenar de soldados españoles que resistieron un año el asedio independentista filipino en la aislada iglesia de Baler, se proyecta con éxito notable.

Y ello, a pesar de olvidar que la resistencia de los mandos de aquel destacamento se debió a su sentido del honor militar, caballeresco, incluso quijotesco.
Porque se negaban a creer que el gobierno de Sagasta hubiera cometido la felonía de vender por veinte millones de dólares a EE.UU., tras la caida de Cuba, los restos del imperio.

Parece como si los espectadores necesitaran la resurrección del honor en las pantallas, manifestándose aun tímidamente, mientras se rechaza ya el cansino cine antifranquista, casi siempre malo porque toda militancia artística es mala, como malo era el cine nacional-franquista; y además, Berlanga sólo hubo uno

“El Ministerio del Tiempo” y productos similares casi quijotescos, incluyendo un creciente número de novelas históricas reivindicadoras de la historia española, parecen romper el desastre del 98 que obnubiló el siglo XX español.

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