Opinión

Bikinis y guerra mundial

Mientras en redes se debate cuál de las dos imágenes veraniegas es más impactante: si el bikini estampado y diminuto de Cristina Pedroche o el desnudo integral de la periodista Belén Rodríguez en las transparentes aguas de Fuerteventura, algunos expertos en materia de sociopolítica sospechan que estamos al borde mismo de la III Guerra Mundial, un delicado instante en la historia de la Humanidad que puede significar el ser o no ser de hoy para mañana. El punto al rojo vivo de la tensión internacional se localiza en Taiwán, donde los chinos han respondido a una escala técnica de la presidenta del Congreso estadounidense extendiendo lo más poderoso de su flota armada con munición nuclear en aguas próximas a la isla  y haciendo disparos de intimidación bajo el subterfugio de unas maniobras navales.

Los expertos en la materia aseguran que estamos a tiro de un error de apreciación y se arma la mundial. Y añaden o añadimos casi todos los demás, que si esto ocurre ni Cristina Pedroche se lucirá en bikini deslumbrante el próximo verano, ni Belén Rodríguez volverá a colgar en la red sus fotografías bañándose en pelota ni Abel Caballero sorprenderá al universo mundo inaugurando su batería de luces de Navidad en pleno mes de agosto, ni el Madrid volverá a ganar la Champion, ni Nancy Pelosi volverá a pernoctar en ningún lugar del mundo. Ni en Taiwán donde según los chinos habita una colonia separatista que los intereses norteamericanos no deben respaldar, ni en cualquier otro domicilio ya se encuentre situado en Oklahoma o en Vejer de la Frontera, dos lugares sumamente distantes entre sí en los que, sin embargo, Pelosi puede dormir a pierna suelta sin que pase nada.

Personalmente no tengo yo gran conocimiento de las raíces que sustentan el conflicto de Taiwán pero si soy capaz de columbrar que cualquiera de las grandes crisis que han desembocado en conflictos bélicos en los tiempos contemporáneos se ha ido desarrollando sin que la sociedad les hiciera puñetero caso hasta que la guerra estaba en el portal de su casa. Por lo tanto, y sin desmerecer de ninguna manera la tonificante estampa de Belén Rodríguez en cueros –su padre fue amigo mío por cierto- no haríamos mal en tratar de paliar los efectos de una situación que no es tan grave desde la crisis de los misiles de Cuba en octubre del 62.

Te puede interesar