Opinión

Los buenos y los guapos

Un estudio elaborado en ámbitos universitarios y recientemente publicado, proclama la existencia de un factor que las mujeres anteponen a la belleza personal para sentirse atraídas por un hombre. Ese factor es el altruismo así que, y en definitiva, las mujeres nos prefieren antes buenas personas que guapos. La vieja teoría que prosperaba sobre la base de la preponderancia masculina y el dominio del chulazo castigador más irresistible y deseado cuanto más rufián fuera el sujeto, se derrumba ante un novedoso panorama determinado -así lo supongo y me congratulo- por la cada vez más real y sostenible igualdad de sexos. Personalmente no estoy muy seguro de que los hombres apreciemos, al menos a primera vista virtudes más atractivas en las mujeres que las turgencias para iniciar el diálogo, pero ellas son diferentes. En lugar de un canalla moreno y sin entrañas que da matarile en la intimidad y trata a sus parejas con descuidado y desdén, prefieren a Rafa Nadal. Es, sin duda, una elección francamente acertada.

Porque si alguna duda queda sobre la calidad moral de Rafa cada vez que se le presenta un momento de incertidumbre o bajonazo lo acompaña también de un comportamiento ejemplar que le honra… Tras su derrota en primera ronda ante Fernando Verdasco –fiel a su estilo Verdasco ha caído con estrépito a la segunda frente a un tenista israelí llamado Dudi Sela que ocupa en la actualidad el número 87 en la clasificación ATP- los expertos han supuesto que Nadal necesitaría quizá refresco en su banquillo porque el tío Tony es más un padre que un entrenador y el tenis actual de estacazo y tentetieso no se domina con sermones y buenas palabras.

Pero ese cambio no se producirá con absoluta certeza porque Nadal es la clase de admirable persona que es gracias a la presencia en su rincón de un hombre que le ha inculcado un catálogo de valores que están muy por encima de las tareas de adiestramiento. El tío Tony ha ido construyendo, entre reveses, derechas, boleas y dejadas, un personaje ejemplar y ese magisterio no se merece la renuncia y Nadal no lo va a hacer. Es ya un tenista maduro al que lamentablemente y lo más probable, irán cerrando pronto la puerta a cuenta de raquetazos. Pero muy por encima de su calidad incuestionable como tenista está su calidad como persona que es máxima. Como siempre, las mujeres tienen razón.

Te puede interesar