Opinión

El gigante chino

Como cada verano, el mundo se conmueve con una noticia de alcance de las que saltan barreras geográficas y afectan a una gran parte del género humano metido en descanso y playas y puesto en pie del susto desde la toalla y la arena por la profundidad y significado de lo acontecido. Este año toca Economía y está el universo financiero con paperas ante el peligro cierto de derrumbamiento del gigante chino. Si la economía supuestamente más pujante del globo terráqueo ha cogido la gripe echémonos todos a temblar y desplómense todas las bolsas porque eso es lo que marca el protocolo. Que al IBEX 35 se le suelten los cables del ascensor, que ascienda la primera de riesgo y que los parqués suden tinta china desde Nueva York a Frankfort, de Tokio a Londres y de París a Madri.

La concepción imperante que convierte el ejercicio económico en un tema global y la Tierra en una aldea ofrecen la posibilidad de estos achuchones que transmiten estremecimientos sin respetar ni razas ni colores. Ayer, los periódicos nos ofrecían el rostro contraído de un broker de Wall Street mesándose los cabellos en actitud de abierto desespero y el de un inversor japonés que consultaba sus papeles sin dar crédito a lo que veía. Lo malo y a lo mejor lo bueno de esta concepción global de los mercados financieros es que cuando pintan bastos pintan para todos.

Mi ignorancia supina en cuestiones económicas me obliga a observar estos arrechuchos de la economía con los ojos del idiota. Y por tanto, me comporto como un irresponsable manifiesto cuando toca debatir estos temas. Pero no acabo de entender cómo la economía de un país inmerso en una desigualdad social secular como pocos otros países en el planeta puede gobernar las finanzas del mundo y cómo un catarro chino provoca el pánico en todos los organismos, gobiernos y países de una solvencia aparentemente fuera de dudas. China tiene toda la apariencia de una economía férreamente controlada por el Estado, desajustada y mentirosa que cuando da el petardazo lo da con toda su alma. Y lleva ya tiempo anunciándolo así que, no se puede decir que no estaba visto.

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