Opinión

EL JUEZ SILVA Y LOS BIOTIPOS JUDICIALES

Es, como se suele decir, un mal jardín el que se ha abierto a raíz de las actuaciones de ese controvertido juez llamado Elpidio Silva. Me temo que la imagen de la Justicia, ya extremadamente dañada, va a sufrir un nuevo desgaste a consecuencia de todo este asunto, y ya se sabe que cuando llueve sobre mojado se forman charcos en los que se acumula el agua. Y no importa, a estos efectos, claro, quien tiene razón, sino que esa pelea de jueces contra jueces, fiscales contra jueces, con un banquero de fondo y una entidad centenaria, Caja Madrid, que ha resultado esquilmada, y en un contexto en el que el destrozo del sistema financiero nos ha costado a los españoles -de momento- cincuenta o sesenta mil millones de euros -que se dice pronto-, con todo este magma de contaminaciones, la cosa no puede salir bien y los estropicios serán, como decían los antiguos, de órdago a la mayor


Comienzo por decir que la actuación judicial del señor. Silva me pareció un disparate con tendencia al adefesio. Y eso nada tiene que ver con el banquero Blesa, porque puede ocurrir que ese señor Blesa sea responsable de todos los males del averno y que al mismo tiempo la actuación del juez caiga en el esperpento. Así que conviene no disfrazar los asuntos y precisar bien las ideas. Acusar al Juez Silva no implica ni mucho menos defender a Blesa. Incluso es posible que ambos sean condenados. Cada uno por lo suyo. No me meto ahora con Blesa porque no tengo información. Pero analizo el comportamiento del juez Silva porque de eso entiendo bastante y, por desgracia, posiblemente demasiado.


El auto en el que acordaba la prisión del señor Blesa era un despropósito, demostrativo de que una resolución judicial puede ser muy larga al tiempo que muy poco fundamentada. El auto se introducía en cuestiones comerciales, casi situado en la posición de un analista financiero que debatía sobre la conveniencia o inconveniencia de comprar una entidad financiera en EEUU a la vista de las condiciones del mercado financiero mundial. Vamos que parecía exhibir una vocación de gestión bancaria dormida en sus adentros. Pero es que un juez debe ser eso y solo eso: juez, y analizar los hechos desde una óptica concreta: su legalidad o ilegalidad, no su conveniencia o inconveniencia comercial-financiera. Y no debe ponerse a elucubrar si es mucho o poco lo pagado, sino a saber si se violaron reglas en la toma de decisiones y, por supuesto, si existieron pagos espurios que justifiquen una determinada operación.


En la judicatura actual se distinguen varios biotipos judiciales. El primero, seguramente el mas común, es de los jueces normales que cumplen su cometido mejor o peor con los medios de que disponen, ajenos a presiones políticas y no implicados en corrupción. Luego aparecen los jueces estrella, que no resisten la presión mediática sobre sus decisiones y actúan pensando más en su imagen que en la ley y los justiciables. A continuación una de las peores especies perseguida desde siempre por los amantes del Derecho: los jueces justicieros, aquellos que siguen su particular idea de la Justicia, que no aplican la Ley sino la llamada 'justicia material' que suele ser un cumulo de opiniones subjetivas, las mas de las veces nacidas de complejos, frustraciones, odios, fobias, filias y, por supuesto, obediencia al poder. Y lo malo es que este último grupo tiene tendencia a proliferar y en algunos órganos por ejemplo Audiencia Nacional germina con enorme facilidad. Por últimos los jueces simplemente corruptos por dinero o por otro tipo de dádivas.


El juez Silva ha entendido como funcionan las cosas en este país y se ha refugiado en lo mediático como instrumento de defensa, comenzado por una frase terrible: si hablo se hunde el Sistema. Un poco presuntuoso, sin duda, porque por unos cuantos mails incautados a Blesa es bastante difícil que consigan desmontar una estructura de poder que es la mas poderosa de cuantas conoce la historia porque dispone de una tecnología a su servicio de las que carecieron sus antepasados, porque 'Sistema' de poder ha existido siempre, aunque ahora, por esas razones y el dominio completo de lo mediático, por la capacidad de controlar nuestras vidas, el salto cualitativo es abismal. Yo ya escribí algo en 1994: 'El Sistema. Mi experiencia del poder', y con repasar lo que me sucedió después ya se puede uno hacer una idea clara de como funcionan esas cosas.


Elpidio ha seguido viajando por todos los medios de comunicación aportando criticas al Sistema judicial que, desgraciadamente, en muchos casos contienen verdad. Y lo hace en el contexto de una ciudadanía irritada, harta de políticos y de jueces, de fiscales y de magistrados, y como el todavia juez Elpidio Silva los critica, sus palabras caen en campo abonado. Y por ello son muchos los que le creen y que dejan de lado el acierto o destrozo de sus decisiones judiciales. La cosa se queda entonces situada de esta manera: de un costado aparee que Blesa es un corrupto y de otro que los jueces que atacan a Elpidio Silva son corruptos del sistema. Es posible que todo sea cierto pero ¿Y del Derecho qué? ¿No hablamos de eso?

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