Opinión

EL REY, LA SOCIEDAD Y LA CLASE POLÍTICA

El discurso del Rey de este año era particularmente difícil, no solo porque la valoración social de la Monarquía se encuentra muy deteriorada, sino, además y sobre todo, porque estoy convencido que los niveles de sufrimiento que afectan a millones de personas en esta Navidad de 2013 eran desconocidos en losd últimos veinte años. Pero, a pesar de que la responsabilidad se imputa al Monarca, las palabras a ser pronunciadas por el Rey deben recibir previamente el visto bueno del gobierno de turno. Lo viví de modo directo y personal en 1992. En aquellas fechas la fascinación por Europa ('El Sistema'.1994) podía provocar decisiones apresuradas que no valoraran adecuadamente la realidad de España. El Rey dijo expresamente que Europa sí, pero sin obsesiones ni precipitaciones. Pues hubo de ambas, y el modo de entrar en el euro lo evidencia


El discurso del Rey de ese año abordó la conexión de la Corona con la sociedad civil. Siempre pensé -y así le dije al Monarca- que la legitimidad de la Corona deriva de la sociedad y no debe edificarse sobre el aparato de los partidos. El Rey lo abordó y el mensaje fue entendido. El editorial de El País del día 26 de diciembre de 1992 se titulaba de esta manera: 'La Sociedad Civil y la Corona'. Comenzaba diciendo: 'La gran virtud del discurso de Navidad pronunciado por el Rey es que en él hizo, tal vez por primera vez de forma tan explícita, un llamamiento al engarce de la Corona con la sociedad civil española'. En efecto, era la primera vez que el Rey dejaba claro a los políticos que su legitimidad derivaba de la sociedad civil. Para rematarlo, en ese editorial del diario de Prisa se dijo: 'la fórmula monárquica, desprendida de su apoyatura en un poder absoluto de origen divino, descansa ahora en la renovación continuada de la confianza y respeto mutuos entre monarca y ciudadanía. Y eso lo ha entendido don Juan Carlos perfectamente'. Lo había entendido y, además, comenzó a ponerlo en práctica. En Junio de 1993 presidió una sesión solemne del 500 aniversario de la Universidad Complutense en la que tuve el honor de dictar el discurso de investidura como Doctor Honoris Causa, que siguiendo ese sendero se tituló 'Sociedad Civil y Poder Político'. El acto solemne se caracterizó por la ausencia total de políticos en activo, lo que encrespó los ánimos de la clase política, y provocó una enemistad política contra quien se suponía autor intelectual del giro conceptual de la Monarquía y del propio Rey.


No es casualidad que cinco meses después los dos líderes de los partidos dominantes, cada uno adornado de una notoria debilidad política, decidieran arrasar cualquier intento de poder civil, y para ello se 'ocuparon' del Grupo Banesto que con su poderío financiero, industrial y mediático se había convertido en un referente en la sociedad española, un contrapeso al poder de la partidocracia, al tiempo que, al menos según ellos, impulsaba a la Corona por el sendero de alejamiento de la clase política. Hace veinte años que intervinieron a la entidad y pusieron al servicio de la mentira a los medios de comunicación de el Sistema. Una parte de la sociedad española, sometida al dictado de los medios, dejó de pensar y pasó a repetir lo que desde esas plataformas se les decía, aceptando vivir en la ilusión de ser libres cuando no pasaban de ser meros súbditos, porque sin conocimiento no existe verdadera libertad.


Han pasado, como digo, veinte años. La crisis de las cajas de ahorro ha evidenciado la mentira del caso Banesto. Mas de 60.000 millones (veinte veces lo que se decía de Banesto) hemos perdido los españoles por salvar el sistema. Y, en política, la eliminación de Banesto fue una clara advertencia a la citada sociedad civil: aquí no hay mas poder que el de la clase política. Y todos aceptaron la nueva tiranía. Y la Corona abandonó -seguramente forzada- el sendero de incardinarse en esa sociedad, en la que los Ateneos, Academias y demás organizaciones civiles fueron fagocitadas como centros de opinión libre y efectiva. El individuo solo frente al Sistema.


El discurso de este año 2013 es el menos visto de los últimos veinte porque el Rey es hoy percibido como un integrante de la clase política, guste o no. La Corona se ha distanciado de la sociedad y quizás por ello la frase que figura en su discurso: 'puedo decir que el sistema poli?tico que nacio? con la Constitucio?n de 1978 nos ha proporcionado el peri?odo ma?s dilatado de libertad, convivencia y prosperidad de toda nuestra historia'. Es verdad que hemos disfrutado de paz, pero asolados por el terrorismo, mal combatido. A la vista de los padecimientos de hoy, ¿era auténtica la llamada prosperidad? Ante la inexistencia de separación de poderes, ¿es verdadera la libertad? Y ante los separatismos, ¿es auténtica la convivencia plural? La mención al Sistema político está buscada de propósito por el redactor de su discurso. He hablado de la Monarquía del siglo XXI como una posibilidad, quizás la única, pero eso pasa por recuperar su incardinación en la sociedad civil, y no ser percibido como un elemento de la clase política.

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