Hubo quien echó de menos en el discurso de Nochebuena del Rey Felipe alguna referencia concreta a los militares, referencia que nunca había faltado en los discursos del rey Juan Carlos.
Hubo quien especuló incluso con que el nuevo rey no se sentía tan militar como su padre, no tenía su espíritu castrense, o se dejaba llevar por una Reina Letizia que como princesa de Asturias marcó distancias con los militares y se la veía incómoda en los actos a los que debía asistir.
Nada de eso se ha advertido en la primera Pascua Militar presidida por el rey Felipe, sino todo lo contrario. Quiso –y fue decisión personal- que se recuperara el protocolo abandonado hace unos años por la dificultad de movilidad del rey Juan Carlos, con el desfile en la Plaza de la Armería, el saludo a todos y cada uno de los asistentes y la posterior recepción en la que tanto D. Felipe como Doña Letizia mostraron todo su respeto, y su afecto a sus invitados.
En su discurso el rey Felipe no escatimó frases de respeto y admiración a “los que eligen servir a la Patria con la exigencia, la dureza y austeridad de la vida militar. Con la entrega, la vida se hiciera falta, a la defensa de España”. Su frase más elogiada fue “mandar es servir”, que en boca del jefe supremo de los ejércitos indica su disposición a estar listo para cuando se le necesite y donde se le necesite. Pero lo más destacable de su primera Pascua Militar ha sido sin duda el nivel que ha querido dar a la festividad. Festividad en la que no ha faltado el reconocimiento al trabajo realizado por su padre, el rey Juan Carlos, a quien dedicó “el homenaje de gratitud y respeto que merece de todos nosotros”.
Un rey Juan Carlos efectivamente respetado por la familia militar, con la que hacía alarde se sentirse perfectamente integrado en ella, a pesar de que en sus primeros años de reinado encontró que en esa familia existían profundas reticencias, o incluso animadversión, a aceptar algunas de las decisiones que para el rey eran incuestionables si quería que España fuera una democracia plena.
Los militares suelen decir que D. Juan Carlos era uno de ellos y que D. Felipe, a pesar de su formación militar, no demuestra la pasión de su padre por los Ejércitos, no se siente tan integrado en ellos. Por eso era un reto esta primera Pascua Militar. Sin embargo el discurso del rey, el tono, la gratitud que expresó en todo momento, y el reconocimiento al trabajo de los militares y a sus misiones dentro y fuera de España, indican que se siente cerca de ellos. Que es consciente de su papel de capitán general.
