Tiene crujida a media España en su lucha implacable contra el fraude fiscal, lo que se comprende, aunque duela, porque es la obligación de todo ministro de Hacienda; debe recaudar todo lo que pueda y sobre todo obligar a pagar a quien remolonea a la hora de retratarse con el Estado o busca subterfugios para que pase de él esa cruz. Estos días sin embargo Cristóbal Montoro centra las iras de los ciudadanos más de lo habitual cuando pone pegas a un juez Ruz que sigue indagando sobre los dineros del PP.
En sus investigaciones sobre el caso Gürtel, el juez no solo envió una noche a la policía a la sede del partido para que confiscara documentos y ordenadores , sino que ahora exige a la Agencia Tributaria que le facilite los datos fiscales del Partido Popular y demuestre que ha pagado lo que corresponde por las donaciones recibidas en el 2008, cuando aparentemente el ex gerente y ex tesorero Luis Bárcenas recibía buenas cantidades de dinero para el partido por parte de destacados empresarios.
Hasta ahora los investigadores han pinchado en hueso porque no se ha podido demostrar que gobiernos del PP favorecieran a esas empresas, que por otra parte también hacían donaciones al PSOE y que, al tratarse de las más importantes constructoras, desde años antes de las donaciones ya ganaban los concursos más jugosos, en solitario o a través de UTES, de uniones para realizar obras de envergadura. Ruz ha pedido entonces que se le envíen los justificantes de haber pagado a Hacienda lo que corresponde a las donaciones, y tras varias semanas de espera que han irritado al juez,
finalmente ha respondido Hacienda que las donaciones, permitidas en el 2008, no tributaban y las compara con las hechas a Cáritas. Excusa que no a todos han convencido. Ruz ha pedido entonces que se le facilite el IVA de la reforma realizada en la sede central del partido, esa obra de la que existen escasos recibos y bastante caudal de dinero no declarado fiscalmente, sobre la que Bárcenas ha dicho que fue pagada en gran parte con dinero negro.
Ruz va a ser sustituido en breve en el Juzgado número 5 de la Audiencia Nacional, finalmente se ha nombrado un titular definitivo, que tiene fama de gran profesional pero que inquieta al Partido Popular pues tuvo un alto cargo en el gobierno de Zapatero. Difícilmente va a poner al Partido Popular más contra las cuerdas de lo que ha hecho Ruz, o al menos ha intentado Ruz. Montoro además tiene un nuevo frente abierto, pues se investiga un contrato adjudicado a dedo en el 2012 al despacho de abogados que fundó hace años. Montoro ya no trabajaba allí, era ministro de Hacienda, pero…
El ministro que tanto hurga en las cuentas ajenas, no puede molestarse porque hurguen en las de su partido y en las de su antiguo despacho.
