Opinión

La senda independentista

El anuncio de Artur Mas de adelantar unas meses las elecciones no es para tomar a broma. Es verdad que puede llevarse un susto monumental, porque el 9 de noviembre el voto independentista no llegó al 25 por ciento del censo; pero con esta convocatoria Cataluña entra en una dinámica preocupante. Se incrementará la fractura social porque la convocatoria encrespa aún más los ánimos y, sea cual sea el resultado de esas elecciones autonómicas, provocará frustraciones. En un bando y en otro, porque millones de catalanes se sentirán mal si no logran la independencia que creían al alcance de la mano, o millones de catalanes que se consideran españoles se sentirán mal si se encuentran con un gobierno secesionista.

Artur Mas no ha demostrado excesiva inteligencia política, y cualquiera advierte que Junqueras se ha llevado el gato al agua. Hay adelanto electoral aunque no tanto como pretendía, pero en cambio consigue su objetivo principal: que Mas acepte acudir a las elecciones por separado. Junqueras no quería ser “contaminado” por el desprestigio de un gobierno que no gobierna, no atiende los servicios mínimos y está minado por la corrupción; el programa y calendario va a ser pactado entre CiU, ERC y los grupos independentistas, entre el que ha adquirido gran protagonismo la CUP, pero se puede apostar que ese programa va a estar muy impregnado por lo que desde hace años defiende Junqueras. 

No es fácil plantar cara a Mas, solo se puede hacer con las urnas. Y si los catalanes respiran como respiraban hace algo más de dos meses, Artur Mas será humillado el 27 de septiembre, como le ocurrió en las últimas elecciones, que adelantó para alcanzar la mayoría absoluta, y perdió la mitad de los votos. Cualquier otra fórmula para pararle los pies -racanear con el FLA, volver a la carga con recursos judiciales, demonizar ácidamente su programa o recurrir a las descalificaciones- le fortalecerá ante sus seguidores, experto Mas, como es, en utilizar a su favor el victimismo.

El anuncio de la convocatoria con un programa independentista es cosa seria, aunque hay elementos que hacen pensar que la senda independentista no es tan clara como creen sus defensores: Unió no está por la labor, las fechorías de la familia Pujol han producido mucho desencanto entre los votantes de CDC, Podemos ha irrumpido con fuerza en el escenario catalán y sus dirigentes no apoyan el independentismo, las cuentas no salen, Ciudadanos se va a llevar un número considerable de votos de catalanes no independentistas que jamás votarán un partido nacional… Así y todo, hay que tener cuidado y no cometer el error de arremeter contra Mas y Junqueras. En Escocia los independentistas se crecieron ante la agresión verbal de los unionistas, y perdieron terreno cuando se apeló a los sentimientos. Más vale que algunos recuerden ese dato.

Te puede interesar