El periodismo escrito tiene siempre un problema de espacio, da lo mismo en papel que en digital. Los titulares tienen que concentrar lo esencial de la noticia y cuando estas son poliédricas no se pueden recoger todo sus aspectos. Entonces es cuando entra en acción los aspectos ideológicos del medio para resaltar aquello que más le conviene y todo lo que se aprendió en el ejercicio de la profesión salta por los aires. Cuando se dice que el doctor Luis Montes –fallecido el jueves- fue juzgado por sedar a 400 enfermos terminales, es verdad: pero es la verdad primaria, la de los acusadores interesados, porque la realidad real es que resultó absuelto de esa acusación falsa con el consiguiente daño personal, y que quienes le difamaron fueron condenados. Quienes participaron en la campaña de su linchamiento no se apiadan. Quienes son partidarios de legislar la eutanasia, como en los países más avanzados, le agradecen su lucha.
