Opinión

Sin ánimo de desanimar

Con todos los respetos y sin ánimo de desanimar a las formaciones políticas que intentan desalojar al PP de la Xunta, Galicia podría votar el día después de que Alberto Núñez Feijóo convocó las elecciones sin esperar a septiembre. El resultado sería similar o parecido, que no es lo mismo pero es igual, porque lo que parece discutirse según los sondeos y la movilización durante el primer día de campaña es quién liderará la oposición en la Cámara gallega durante los próximos cuatro años.

El PP se maneja para muchos asuntos como una multinacional en la que nunca se discute públicamente al jefe y en Galicia como un equipo de fútbol. Más que simpatizantes o militantes, Feijóo cuenta con más de 100.000 hinchas que estarían dispuestos a empeñar el anillo de la abuela en caso de que fuese necesario para que su equipo saliese vencedor. No hará falta un gesto tan doloroso porque, si se cumplen los pronósticos demoscópicos, la mayoría absoluta parece garantizada e incluso podrían sobrarle varios escaños para continuar gobernando sin que nadie pueda añadir una coma a sus textos legislativos. 

Los populares gallegos abarrotaron el tendido de la plaza de toros de Pontevedra con 12.000 seguidores superando el aforo permitido, y eso que el protagonista no eran José Tomás y El Juli, sino Alberto Núñez Feijóo y Mariano Rajoy. A estas alturas de la faena ya no se sabe si el presidente en funciones resta más de lo que aporta, pero de la ciudad que lo nombró hace pocos meses persona 'non grata' se llevó una ovación de desagravio sin necesidad de remangarse más que lo necesario.

Cuentan en el PPdeG que en el coso pontevedrés se gestaron las mayorías absolutas de 2009 y de 2012. Ayer 150 autobuses se desplazaron desde cada rincón de Galicia para jalear a Feijóo y cantarle un 'happy birthday, mister president' que ya quisiera el mismo Kennedy porque, aunque no estaba Marilyn, celebrar 55 veranos rodeado de 12.000 invitados es de plusmarca. 

Un candidato con serias posibilidades de lograr su tercera mayoría absoluta consecutiva no se había visto por estos pagos desde Manuel Fraga y fueron necesarias chapuzas como la gestión de la catástrofe medioambiental del 'Prestige' y los atentados del 11-M en Madrid tras la guerra de Iraq para que abandonase Monte Pío. Que dios reparta suerte. 
 

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