En una mesa del aula del instituto Blanco Amor de Ourense en el que Alberto Núñez Feijóo cursó tercero de BUP y COU había una genial frase escrita a navaja: "El tiempo es oro y yo aquí perdí una fortuna". Se desconoce el autor del atinado pensamiento, pero alguno de los compañeros del presidente de la Xunta lo lleva marcado a fuego.
Muchos doblones quizá también hayamos perdido por los seis meses que llevan enredados con el asunto de la formación de Gobierno y va darse la curiosidad de que a Barack Obama, sobre el papel el hombre más poderoso del mundo, lo reciba en La Moncloa alguien que podría mandar menos que el bedel. A los ciudadanos nos toca ahora cambiar de opinión porque las fuerzas políticas no han querido cambiar de candidatos o todo puede seguir igual. No es difícil detectar un cierto hastío entre mucha peña, que ya confiesa abiertamente que de esta vez pasa de ir a votar, por lo que el próximo presidente del Gobierno podría estar legitimado con menos sufragios pero, como en el fútbol, cuando acaba el partido al final sólo queda el resultado en el recuerdo.
La memoria es para algunos fácil de sobornar.
Alfonso Rueda, vicepresidente de la Xunta, reclamó ayer una campaña "sin descalificaciones para conseguir que la gente participe". Predica el mismo político que en el 2009 zurró a Emilio Pérez Touriño y a Anxo Quintana hasta en el cielo de la boca para llevar a Núñez Feijóo a San Caetano. Repasando las notas podría volver a armar con facilidad el argumentario para atizar a Méndez Romeu, si hubiese sido elegido el candidato del PSdeG en la próximas elecciones gallegas, para imputarle la reforma de la sede del Gobierno gallego y la adquisición de unas sillas que después disfrutaron los populares.
En uno de los debates de aquella campaña marrullera, Alfonso Rueda coincidió con Alfredo Suárez Canal, que defendía su actuación al frente de la Consellería de Medio Rural. En la refriga, le espetó para criticar la política de contrataciones del departamento del nacionalista: "Todo o mundo sabe que a súa consellería máis que de Medio Rural é de medio Cartelle".
Han pasado ocho años, muchas campañas y corremos el riesgo no sólo de perder una fortuna, sino el tiempo, que es peor.
