Opinión

Plusmarquista Mariano Rajoy

Está resultando un gran año para los aficionados a la incertidumbre y al deporte. Casi no hemos tenido ni un instante de respiro y seguimos igual. Acabó mayo con la Liga de Campeones jugándose desde los once metros entre Real Madrid y Atlético y nos metimos de lleno en junio, pendientes de si el PP ganaría las elecciones y de si Podemos adelantaría al PSOE por la izquierda sin poner el intermitente. A la vez teníamos un ojo en la Copa América de fútbol que se le resiste a Messi y el otro en la Eurocopa que confirmó la decadencia de la selección española de fútbol tras firmar gestas que parecían imposibles.

Ganó el PP la repetición de las elecciones generales aumentando su ventaja, aguantó Pedro Sánchez el tirón de Pablo Iglesias y Mariano Rajoy continuó disfrutando en julio del Tour de Francia desde su sillón en La Moncloa, en el que continúa en funciones desde diciembre del año pasado. Quizá Viri, la esposa del líder del PP, preguntó aquella noche del 20 de diciembre si hacía las maletas y no sería de extrañar que él respondiese que no había prisa, que pensaba ver la Copa América, la Eurocopa y el Tour en la misma sala. Acabó la ronda francesa, se apaga la llama olímpica, principia la Liga de fútbol, rueda la Vuelta a España desde Ourense y Rajoy sigue atento a todos los eventos deportivos que van cayendo del calendario desde el mismo plasma, aunque sea en situación de interinidad.

Ayer firmó el pacto con Albert Rivera, que cambia la camiseta del PSOE por la del PP sin ruborizarse a la manera de Figo, y ahora negocian el apoyo en la sesión de investidura fijada para el 30 de agosto. Podrían pasar las elecciones gallegas y vascas, otra ronda electoral en Navidad y Rajoy sin pensar en hacer las maletas. Plusmarca.

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