Opinión

El portero del Betis

A los mercados les da igual quién gobierne, como si lo hace el portero del Betis". Esta tranquilizadora reflexión fue hecha por el economista Santiago Niño Becerra la semana pasada en el programa La Ventana. Carlos Adán se llama el muchacho aquel al que Mouriño arrojó a los pies del Santiago Bernabéu en el bronco debate, casi de estado, sobre la solvencia de Iker Casillas en la portería del Real Madrid.

Aunque es reconfortante que en el Congreso hayan irrumpido discursos frescos, en la calle empieza a detectarse un sentimiento de cansancio ante una situación de incertidumbre que semeja difícil de desatascar. Que gobierne el portero del Betis, el del Albacete o el del Ourense, pero que termine ya la función porque la deserción del electorado ante una nueva cita con las urnas puede ser considerable.

"Como haya nuevas elecciones, que las paguen ellos. Ya hemos votado y ahora tienen que ponerse de acuerdo", afirmó malhumorado el tabernero del abrevadero. La sorpresa fue que toda la clientela asintió ante la posibilidad de soportar otra campaña electoral. Incluso hubo quien sugirió crear una plataforma para recoger firmas que secunden la iniciativa del cantinero.

La primera votación de la sesión de investidura del socialista Pedro Sánchez como presidente del Gobierno tuvo el resultado previsto y si la palabra pronunciada en sede parlamentaria pesa algo, no parece posible que en 48 horas puedan llegar a un acuerdo.

La portavoz de En Marea, Alexandra Fernández, aprovechó los seis minutos que le cedió Pablo Iglesias para desgranar su posicionamiento respecto a los problemas de Galicia y manifestar sus deseos de autodeterminación. Aunque el tiempo parecía escaso, subir a la tribuna justo antes de que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se enzarzasen en el turno de réplica concede una relevancia mediática más importante que cuando te toca 'actuar' a la hora de la siesta con la Cámara casi desierta. Y si lo haces justo después del pico entre Iglesias y Xavier Domènech, portavoz de En Comú Podem, el protagonismo es superlativo. Todos dicen tener la mano tendida con discurso de acero. Corren el riesgo de que a la peña también le dé igual que gobierne el portero del Betis.

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