Opinión

Sacando la Guerra Civil a pastar

Los que se empeñan en mirar continuamente por el retrovisor corren el riesgo de meterse un leñazo del copón. El cardenal Antonio María Rouco Varela, natural de Vilalba como Manuel Fraga, tuvo la infeliz ocurrencia de mentar la Guerra Civil en su homilía durante el funeral de Estado del presidente Adolfo Suárez. "Quería superar para siempre la Guerra Civil, los hechos y las actitudes que la pueden volver a causar". No se da cuenta de que en este país casi sólo él se acuerda de que hace un porrón de años anduvimos a mandobles entre hermanos por ser azules o rojos y con las sotanas echando gasolina a la pira del odio en vez de utilizar el extintor. Con palabras de otro siglo se puede entender que Rouco Varela se esté quedando sin clientela, en contra de lo que hace el Papa Francisco.

También el BNG, apoyado por AGE y el PSdeG, persisten en propuestas que dejan descolocado al personal más mozo. Ayer el PP tumbó en el Parlamento una iniciativa en la que solicitaba a la Xunta que se sume como acusación particular a la querella abierta contra el franquismo en Argentina. Se puede reprochar al Gobierno de Rajoy la prisa por poner el nombre de Adolfo Suárez a cada rotonda, con el aplauso de todos los que lo torpedearon y despreciaron en vida, y en cambio utilice el reloj de arena para devolver a sus familias a los fusilados que siguen esperando en las cunetas por un entierro digno. Empezamos juzgando el franquismo y acabamos sentando en el banquillo a los Reyes Católicos, cuando en estos momentos sería plausible poner todos los esfuerzos para rematar casos tan escandalosos como 'Gürtel', 'ERE' , 'Palau' o la cercana 'Pokémon', entre otras instrucciones contra gente sin escrúpulos para apropiarse de lo que no le pertenece. A los partidos mayoritarios les va mejor perdiendo tiempo en el ayer porque el hoy les salpica hasta la coronilla. Y en el desastre económico y el alarmante paro todos tienen culpas a esgalla para repartir.

A los jóvenes les preocupa más el incierto futuro que el negro pasado. En la película 'La Mula' protagonizada por Mario Casas, a unas adolescentes les sorprendió que el cine estuviese abarrotado de gente con canas. Creían que también acudían al cine por el macizo actor gallego. Ni ellos van a misa ni Rouco al cine.

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