Opinión

Una tarde con Albor en Neverland

Mañana cumple 100 años Gerardo Fernández Albor. "No quiero homenajes ni más entrevistas. Al día siguiente le pediré a Dios que me deje un día más y después otro día más porque este país es maravilloso y estoy feliz en esta tierra. Sólo necesito caminar un poco, salir, bañarme en la piscina, que este año todavía no lo he conseguido, y que sigan vivos los míos. Es lo más importante. Si me faltase alguno ya no querría vivir". Esta reflexión de un hombre enciclopédico y figura clave de la historia reciente de Galicia fue publicada por La Región con motivo de la celebración de la fiesta del 25 de julio.

Durante la charla que se celebró en Neverland, según reza el rótulo formado con azulejos en la entrada de su vivienda en una parroquia de Ames porque una hija estuvo enamorada de Michael Jackson, repasó con una lucidez pasmosa sus centenarias vivencias, como si los estragos del tiempo pasasen de largo en el País de Nunca Jamás. Se doctoró en Medicina por la Universidad de Salamanca, fundó la clínica La Rosaleda en Santiago de Compostela, presidió la Xunta entre 1982 y 1987 y en su etapa como eurodiputado tuvo un papel decisivo en la reunificación de Alemania. Es el único español que puede presumir de tener un retrato en la sala de arte del Bundestag, posee la Gran Cruz de Isabel la Católica, entre otras distinciones, pero se queda con dos reconocimientos más íntimos. Uno fue un aplauso al otro lado del teléfono cuando aceptó el ofrecimiento de 'Totora' –la periodista y política María Victoria Fernández España y Fernández Latorre, que firmaba sus artículos como Victoria Armesto– para encabezar la lista a la Xunta por AP. "En mi vida he tenido dos grandes ovaciones. Ésa y otra silenciosa la noche en la que me presentaron la moción de censura. Fui con mi mujer a cenar a Pontevedra para despejarnos y en el restaurante la gente se puso en pie hasta que nosotros nos sentamos. Yo siempre dije lo que soy: un católico de derechas, un conservador. Y la gente sigue queriéndome, también los de izquierdas y los galleguistas". 

El 15 y el 16 de septiembre se celebrará en Santiago un simposio internacional sobre su figura y está previsto que Rajoy le entregue la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo. El mejor homenaje es gozar del respeto de todos. 

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