Vendrán a pedirle el voto para las elecciones europeas bajo el pretexto de la defensa de los intereses de la tierra, el mar, el aire, los pajaritos... Los que de verdad se lo llevan sin pegar palo en el Parlamento Europeo son sus señorías, porque el ciudadano queda a expensas de lo que los potentes 'lobbies' les indiquen el botón que tienen que pulsar. No es nada nuevo. Los asuntos importantes siempre se han resuelto de la misma manera. El rico amasa cada vez más fortuna y el pobre paga y sigue soñando con que la tortilla se vuelva.
Antes de ir a las urnas tendría que ser obligatorio ver un vídeo colgado en internet en el que el eurodiputado holandés Daniël van der Stoep relata a un periodista alemán el timo del Europarlamento. Es fácil de encontrar. Basta con teclear en un buscador "cómo viven los eurodiputados".
Además de disponer de un lujoso coche gratis para celebrar sus juergas por Bruselas y Estrasburgo, un eurodiputado percibe un sueldo neto de 6.200 euros mensuales. A mayores, cuenta con una asignación de otros 4.200 euros al mes para gastos generales sin tener que entregar justificante alguno. Por cada día que ficha, en su cuenta se ingresa directamente otros 300 euros, y ha quedado demostrado en el reportaje que muchos aparecen a las seis de la tarde y cinco minutos después se piran para sus casa, llegando incluso a agredir al periodista que les afeó su comportamiento.
Pero un eurodiputado también percibe otros 21.000 euros al mes para contratar al personal que le venga en gana y, hasta las próximas elecciones, puede ser la mujer, el hijo, el primo... De esto por aquí también sabemos lo nuestro. Si se desplaza hasta la Eurocámara en su coche, el kilómetro se paga a 0,49 euros, además de recibir una compensación de otros 800 euros por el cansancio de estar sentado unos 600 kilómetros. Cada una de sus señorías también pueden organizar dos exposiciones al año del artista que le pete por valor de 20.000 euros cada una. La bebida y la comida es gratis en estos eventos para atraer al persona a la cultura. Y tras cinco años sin pegar chapa, a partir de los 63 percibirá una jubilación mensual de 1.250 euros. No se explica cómo no hay muertos por ir en los puestos de salida en las listas para un Europarlamento austero.
