Xinzo ya está de Entroido y ayer repartió más de 600 kilos de harina, lanzándola a manos llenas a propios y extraños. Ayer fue el domingo fareleiro, el primero de la fiesta, la más larga de Galicia, con un total 40 días.
La jornada comenzó sobre las nueve de la mañana con una descarga de bombas de palenque, que sacaron a los primeros disfraces a la calle. A media mañana, la Praza Maior ya estaba cubierta de harina pese a la incesante lluvia, que convirtió a los bares, cafeterías y restaurantes en el principal escenario para lanzar la harina. De hecho, los propietarios de los negocios, conscientes de la situación, tenían cubiertos con plásticos mesas, estanterías y electrodomésticos para impedir que se impregnarán del polvo de la harina.
Sobre las cinco de la tarde, las calles San Roque y Galicia, así como la Praza Maior, se llenaban de curiosos personajes, la mayor parte enfundados en trajes de plástico y fundas de trabajo, cubriendo el rostro con bufandas y la cabeza con gorras, repartiendo harina a diestro y siniestro. La fiesta se prolongó hasta la madruga y a la cita no faltaron los primeros disfraces, destacando también la presencia de alguna carroza provista de cañones y de ventiladores para repartir harina.
La fiesta obligó a la Policía Local a regular la circulación a lo largo de la travesía que forma la carretera N-525, que es donde se concentra la mayor parte de la fiesta, que continuará el próximo día 15 con el 'colgamento do meco' en la Praza Maior.
La Policía Local también recomendaba precaución a los viandantes a la hora de caminar por las distintas aceras, dado que presentaban a las cinco de la tarde un aspecto inusual. Estaban cubiertas de una pequeña masa blanca resbaladiza que formó la lluvia y la harina esparcida. Eso sí, la situación no provocó ningún incidente destacable, según los datos de la Policía Local.
