Matrioska, sin sede en Os Blancos al finalizar su cesión

photo_camera Jóvenes de Os Blancos e integrantes de Matrioska a las puertas del Consistorio durante el pleno. MIGUEL ÁNGEL
El Concello hará viviendas sociales en el lugar en el que el colectivo artístico tenía su centro de trabajo

“Non queremos marchar de Os Blancos”, es el clamor con el que el colectivo de artistas Espacio Matrioska empapeló los diferentes pueblos del municipio demandando apoyo para evitar su desalojo del “Concello novo”, una infraestructura que nunca llegó a terminarse y que el Gobierno local cedió gratuitamente para servicio público y no lucrativo a este grupo de jóvenes en 2014. Tras varios años organizando eventos que contribuyeron a perfilar a Os Blancos dentro del mapa cultural y musical gallego -Festival Reina Loba o las residencias artisticas- y el desarrollo de diversas actividades -huertos o elaboración de murales urbanos- en las que se trató de involucrar a los vecinos y vecinas del pueblo, el periplo de estos graduados en Bellas Artes por el concello podría llegar a su fin. 

El plan del Gobierno local para el edificio en cuestión es reconvertirlo en viviendas sociales, un compromiso que, según José Manuel Castro, está marcado en rojo dentro de su plan de acciones para este mandato, ya que, según precisó, “priorizamos os servizos sociais por enriba de todo”. En este sentido, el Consistorio cuenta ya con una subvención de 100.000 euros de la Xunta para llevar a cabo esta actuación. Además, Castro mantiene que hay “familias interesadas” en instalarse en las futuras viviendas y espera poder cumplir con los plazos para poder dar respuesta a esta demanda. 

La cesión del local de Os Blancos a Matrioska se produjo, según Castro, por un tiempo determinado de cinco años y se amplió en 2019 con la cláusula de rescisión en caso de que la Administración local recibiese la aprobación de la subvención para crear las viviendas: “En esos cinco años el equipo de gobierno siempre nos habló de la posibilidad de renovar, incluso se llegó a mencionar una ampliación por 20 años”, explica Alberto Macia, miembro de Matrioska. “Aparte de la vinculación emocional que tenemos tanto con el pueblo, como con el local, debido a que se nos hablaba de esa ampliación seguíamos invirtiendo tiempo y dinero personal en el local. Las reformas las hemos hecho nosotros porque el local estaba en bruto”, añade. Por contra, Castro afirmó que la adecuación de este espacio para recibir a los artistas había corrido por cuenta del Concello: “Puxemos o sistema eléctrico e recibímolos hai sete anos. Eu xa lles dixen que eu nin naide queremos que marchen. A priori non hai unha solución de tipo público, pero axudareilles no que faga falta”, aseguró el alcalde de Os Blancos, quien afirmó que no hay otro inmueble público -exigencia de la subvención- para crear las viviendas sociales. Tras recibir las alegaciones del colectivo, la Corporación local se reunió en un tenso pleno extraordinario para tratar la rescisión del contrato, que fue aprobada.

El colectivo tendrá que abandonar el local antes del mes de noviembre

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Tras una noche “de reflexión”, los artistas de Espacio Matrioska empaquetaban, tristes, sus herramientas de trabajo y pertenencias. Algunos mantienen su residencia en Os Blancos -en una vivienda alquilada- y otros van y vuelven al pueblo. “Ahora mismo todo el año vive una persona, pero todas las semanas vienen a realizar actividades el resto del equipo”, asegura Alberto. Desde Matrioska lamentan que el Gobierno local “no valore” su trayectoria: “Nuestro programa de residencias ha traído a más de 60 personas en cinco años, hemos ido a hablar de Os Blancos a Italia, a Suiza, a India, a Nepal; hemos juntado a miles de personas en un festival…”, recuerda el integrante de Matrioska. “Os Blancos es un sitio que, de la nada, hemos hecho nuestro. Yo estoy a 800 kilómetros y estoy viniendo una vez al mes”, añade.

Desde el PSOE de Os Blancos acusaron a Castro de “culturicidio” por “expulsar ao colectivo do municipio”.

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