El Concello se justifica alegando que el recinto no es oficial y el encargado estuvo de vacaciones

Los perros habitan rodeados de basura en la perrera de Xinzo

Dos perros rodeados de todo tipo de basura.
Los perros abandonados o extraviados en el casco urbano de Xinzo son introducidos en unas instalaciones llenas de basura. Los animales tienen como cama el papel de los sacos vacíos de comida, entre los que se amontonan latas, botellas de productos químicos, aperos inservibles e incluso sus propias heces, vómitos y electrodomésticos en desuso. 'La situación en que están los animales es lamentable. Además de la basura, pasan jornadas enteras sin comer, lo que provoca que terminen mordiéndose unos a otros', aseguró una vecina, Silvia Otero.
Las instalaciones están situadas en O Toural, al fondo del recinto donde se celebra el mercado de ganado durante las jornadas feriales. El concejal de Medio Ambiente, Antonio Pérez Rodríguez, asegura que las instalaciones no son una perrera oficial, sino una especie de refugio para guardar los animales abandonados en el casco urbano. 'La Policía Local los recoge y los custodiamos en esa zona hasta que le aparezca el dueño o un vecino los adopte', apuntó, recalcando que el Concello está trabajando en construir una perrera, que tendrá carácter comarcal. 'El proyecto ya está redactado', aseguró.

El Concello encargó los perros a un operario municipal y Pérez Rodríguez reconoce que los animales pudieron estar un poco abandonados en los últimos días porque el trabajador estuvo de vacaciones.


Peleas

Durante la pasada semana había siete animales en las instalaciones, a las que no se puede acceder directamente desde la calle, dado que el lugar también es utilizado por el Concello para guardar coches y maquinaria.

Dos de los animales, ambos de raza indeterminada, presentaban el pasado miércoles varias heridas en las piernas provocadas posiblemente por peleas. Los restantes presentaban manchas en el cuerpo de estar tumbados entre la de basura, lo que provoca un fuerte olor nada más cruzar las puertas. Algunos de los vecinos y trabajadores municipales, según Silvia Otero, conocen la situación en que se encuentran los caninos y suelen llevarles comida.

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