Una paleadora tiene que vaciar los contenedores ante las dificultades urbanísticas de la aldea

Retirar basura en un pueblo de Rairiz precisa cuatro vehículos

Un 'cristo'. Así lo califican vecinos y curiosos que han asistido al proceso de vaciado y limpieza de los contenedores soterrados ubicados en el centro de la aldea de Congostro, en Rairiz de Veiga. La 'aira', que al igual que el resto del pueblo ha sido objeto en la última década de una rehabilitación integral para el uso y disfrute de vecinos y visitantes, es escenario de un curioso sistema de trabajo en cadena cada vez que toca vaciar los depósitos soterrados.
La estrechez de las calles obliga, desde hace unos años, a tirar de la maquinaria local para sustituir las labores del tradicional camión de la basura, que no puede acceder al centro del pueblo. Los operarios llegan en una pick up y poco después, una paleadora se encarga de retirar uno de los bancos de piedra para acceder a la plaza y, posteriormente, vaciar uno a uno los contenedores. Los residuos (de papel, vidrio, plástico y genérico) se depositan en la parte trasera de un pequeño camión que los traslada a las afueras del pueblo (a unos 50 metros), donde le espera el vehículo de la Diputación.

El alcalde de Rairiz, Xaquín Rodríguez Ambrosio, asegura que 'tódolos veciños son conscientes do incómodo que resulta o proceso, pero non tivemos ninguna queixa', al tiempo que tilda el procedimiento de un 'pequeno contratempo' debido a la peculiaridad del pueblo. Preguntado por los motivos que le llevaron a tomar la decisión de colocar los cubículos soterrados en un lugar al que no pueden acceder los servicios convencionales de recogida, Rodríguez dice que, desde el primer momento que se comenzó el proyecto de rehabilitación de la aldea, 'estaba incluido o soterramento dos contenedores', por ser 'a solución intermedia a que chegamos despois de falar cos veciños' y corroborar que 'querían un centro de recollida no centro do pobo, pero non querían os de superficie'.?

FRECUENCIA DE RECOGIDA

Más allá de la polémica recogida, algunos vecinos lamentan que la frecuencia en la que se repite esta operación deja bastante que desear. 'Nós non botamos alí os residuos para evitar cheiros e situacións incómodas', reconoce una de las vecinas de la plaza que prefiere mantener el anonimato, y añade que 'fai meses que non veñen por aiquí a recoller nada'.

Estas afirmaciones son desmentidas por el alcalde, que asegura que la recogida de basura que realiza la Diputación 'se fai con eficacia' dos veces por semana. Si bien reconoce que en la 'aira', ésta se limita a vaciarlos 'cando están cheos' y que la última vez fue hace menos de un mes.

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