Xinzo reúne a brujas y tiburones

El impresionante escualo que, tirado por redes, recorrió las calles de Xinzo. (Foto: José Paz)
Xinzo vivió ayer su gran desfile del Entroido, que llenó las avenidas de Madrid y Ourense de público y colapsó de vehículos los accesos al casco urbano. Era el 'broche' final a la fiesta, que ya comenzó el pasado 29 de enero con el 'fareleiro', aunque, quizás debido a la situación de crisis económica, no estuvo tan lucido como en fiestas anteriores.
Y no fue por falta de asistencia de público, dado que las dos citadas avenidas estaban abarrotadas, sino que hubo menos comparsas y carrozas e incluso menos pantallas.

El desfile comenzó pasadas las cinco de la tarde después de un estruendo de bombas de palenque. Como manda la tradición, las pantallas se encargaron de abrir pasado a la marcha, al ritmo de un grupo de bandas de gaitas.
Tras ellas, una comparsa de japonesas, un tiburón, de cuya boca aún colgaba el brazo de una persona, e incluso el 'hombre del saco', que desfilaba en compañía de un par de ancianos, que aseguraban haber sido desahuciados de su vivienda por sus nietos. 'Nos votaron da casa, pero a pensión vai con nosco', repetían a los presentes.

En el desfile, amenizado por cinco charangas, también se pudieron ver comparsas colegiales, mulatas bailando samba, soldados de Napoleón e incluso una fábrica de textil, que incluía una oveja. En el desfile, también participó una carroza del municipio portugués de Montalegre cargada de 'bruxas', que se dedicaron a quitar el 'mal de ojo' entre los asistentes.

La Policía Local cortó la avenida de Ourense y Madrid, que forma la carretera N-525, a la circulación, estableciendo rutas alternativas para los conductores por las calles Dos de Mayo, Parque do Toural y Avenida de Portugal. Los agentes se colocaron en los cruces más conflictivos para regular la circulación, pero la afluencia de vehículos provocó que se formaran pequeñas retenciones.

AGLOMERACIÓN

El desfile, que finalizó en la estación de autobuses, discurrió sin incidentes, según la Policía Local, salvo un conductor que no respetó las vallas de prohibición y se encontró de cara con todo el desfile. La Policía Local lo obligó a dar la vuelta, aunque para ello tuvo que maniobrar entre la aglomeración de personas. Un policía local le daba instrucciones para evitar un accidente. A la vigilancia se sumaron varias patrullas de Tráfico. n

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