n n nEn algunos comedores sociales de A Coruña, escasea la comida en las mesas porque (ellos mismos lo reconocen) se ha visto reducido el montante de las ayudas económicas en unas 3/4 partes de la asignación anual que se viene dedicando a estos menesteres; es decir, falla la asignación en asuntos sociales.
No es porque no haya dinero. Dinero sí que lo hay, lo que pasa es que seguimos invirtiendo en obras faraónicas y en los más diversos Guggenheim y entonces, claro: no hay dinero como tampoco hay escrúpulos y se está jugando con la salud y la atención de estas vidas humanas. Por supuesto que la clave estriba en la forma en la que se reparten los recursos. Hay que dedicar más recursos a los que ya de por sí están carentes de lo básico, como es un alojamiento fijo, y no podemos dejar en la cuneta a centenares de personas, incluso familias completas que cada vez están más empobrecidos a causa de la crisis. Cada vez más, las personas vulnerables van cayendo en la exclusión y de ahí pasan al pozo del sin hogarismo, de donde ya no se sale, mal que nos pese. Esto está sucediendo en nuestra hermosa ciudad de A Coruña porque los sistemas de atención social fallan estrepitosamente pese a que hoy, más que nunca, esos mismos comedores que en estos momentos tienen carencias de alimentos deberían funcionar a pleno rendimiento, dando la sensación de una conciencia social que empiza a brillar por su ausencia. Es lamentable que no se esté dando una respuesta adecuada que permita vivir con un mínimo de dignidad a estas personas.
