En La Región del 11 de abril pasado -si bien recuerdo- leí un artículo escrito por el sacerdote don José Carlos Fernández Otero en el que manifiesta su opinión sobre las desaparecidas escuelas rurales, bajo el epígrafe de 'Mis reflexiones'. El artículo -dicho sea de paso- me encantó, tanto por el estilo sencillo, pero al mismo tiempo elegante, como por su contenido, con el que me identifico plenamente. Y puedo afirmar que, en ese aspecto, don José Carlos y este servidor 'rimamos en pareado'.
Soy maestro jubilado (y digo que soy maestro porque creo que la profesión que ejercí a lo largo y ancho de cuarenta años imprime carácter). Ejercí muchos años en la escuela rural y en las modernas agrupaciones escolares y estoy plenamente de acuerdo con los postulados de dono José Carlos. Y así lo manifiesto en un libro que publiqué titulado 'Memorias de un maestro de escuela'.
